lunes, 4 de junio de 2007

Demócratas en la carrera Presidencial: Nada nuevo bajo el sol de los Estados Unidos.


Ya estamos en la carrera presidencial para conocer al próximo sujeto que plantará sus pies por cuatro años en la Oficina Oval. Yo no soy elector norteamericano – gracias a dios algo menos de que decepcionarme en este mundo – pero visto el empeño en no hacer nada positivo por la Paz en el mundo que suelen tener los Presidentes Norteños, vale la pena tomarse en serio las elecciones yanquis para saber que tan mal le irá a la Libertad y la Justicia en los próximos cuatro años.

Eso si, no desconozco que mi empeño de mantenerme informado del proceso para poder ver a donde se inclina la balanza puede llegar a ser baladí, porque no siempre en los Estados Unidos el que gana las elecciones llega a ser Presidente – sino que le pregunten a Albert Gore -, pero como no queda de otra hay que seguir cada detalle, así el día de mañana, con sorpresas o no, sabremos de que va ir la Presidencia del sujeto.

En esta ocasión casi todos los analistas dan por sentado la derrota del oficialismo Republicano, de hecho tras la perdía de la mayoría en el Congreso nadie duda que pueda venir de otra forma la mano. Además habría que sumar a esta corriente el rechazo a la guerra en Irak y la crisis económica en que se ha hundido Norteamérica en los últimos 8 años. Las mentiras del Presidente en pos de la guerra, los escándalos de manipulación de informaciones de inteligencia, así como el resto de los escándalos que han involucrado a las principales figuras del gobierno vendrían siendo como las espadas del Torero que da el toque final a la Bestia Republicana de extrema derecha. Por lo que con estos truenos los Demócratas preparan maletas para mudarse a la Mansión Presidencial en Washington, basta tan sólo decir quien de ellos será el elegido para postularse por el partido.

Dos son los corredores Demócratas con más posibilidades: la ex primera dama Hillary Clinton y el afro americano Barak Obama. Todo parece indicar que esto son los sujetos que llevaran la voz cantante en el proceso de selección dentro del partido Demócrata, por lo que si uno de ellos puede llegar a ser el futuro Presidente de los Estados Unidos no estaría mal conocerlos un poco.

A la Senadora por el Estado de Nueva York ya la conocemos de antes, y hay que reconocerle que goza de la experiencia de vivir en la Casa Blanca cuando lo hizo como primera dama del sexualmente famoso Bill Clinton. De su paso por el 1600 de la Avenida Pensylvania, Hillary salió más robustecida en las artes políticas y con prestigio e influencia, especialmente dentro del sector femenino, debido a su papel de esposa engañada y firme que resistió, por el bien de su familia, el escandaloso proceso a su marido por relaciones sexuales con una becaria de la Casa Blanca. Con estos puntos a su favor la actual Senadora se hizo con su puesto político en las elecciones del 2001 y con su habilidoso manejo de la política y de la crítica – cuando es conveniente – al partido Republicano logró reelegirse en el cargo en las del 2006.

Pero como todo buen candidato Demócrata – que en nada se diferencia de un candidato Republicano - la señora de Clinton tiene puntos controversiales y quizás el más álgido es el hecho de que cuando en el 2003 el presidente Bush lanzo su guerra contra Irak, basado en las mentiras de las armas de destrucción masiva, la actual candidata a la presidencia no vaciló en ofrecer su apoyo a la invasión. Con posterioridad, especialmente a partir de su segundo mandato en el Senado, siguiendo la rima de la política pro elecciones de los Demócratas, las ex primera dama ha abogado hasta el cansancio por el retiro de las tropas y el cese de la invasión, pero ni por un solo segundo a pedido formales disculpas por su apoyo inicial, como si lo hicieron sus correligionarios Christopher Dodd y Bill Richardson, ambos competidores en las primarias dentro del partido para el 2008. De hecho fue este el látigo del que se sirvió el Senador por Nuevo México Richardson para golpearla en primer debate televisivo de los Demócratas con vista a las próximas elecciones y que, pese a todo, termino ganando junto con Obama.

Por otro lado esta el hecho de que la Senadora no se ha manifestado con una critica realmente explicita contra la guerra y se a limitado como todos los de sus partido, a agarrarse de los lugares comunes de manifestar su descontento ante la sorpresa de saberse engañados para ir a la guerra o de que se gaste demasiado dinero en ella. Pero nada han dicho sobre las muertes de iraquíes inocentes o sobre la legalidad o no de la invasión, los abusos cometidos por las tropas o los bombardeos criminales, de hecho los Demócratas son bastante consecuentes en este punto con los Republicanos, el discurso de la lucha contra el terrorismo es una constante, aunque sin los tonos grandilocuentes y amenazadores del conservadurismo republicano.

Pese a toda la señora Clinton es una imagen de poder y de mesura para el panorama político actual norteamericano, sin contar que la novedad de la posibilidad de una candidata fuerte mujer es como el descubrimiento del quinto elemento. Hillary esta jugando entonces con poderosas armas a su favor: los descalabros de la actual presidencia, su influencia entre los votantes mujeres, su conocimiento político y el apoyo de su esposo que luego del escándalo se a convertido en el gurú espiritual de los Demócratas – sobre todo criticando a la presidencia Bush y sus actuaciones negativas como el caso del Huracán Katrina – y por último el impacto mediático de la novedad, al ser la posible primera mujer que ocupe la Oficina Oval.

Con esta última arma – el impacto mediático de la novedad - también cuanta el Senador por Ilinos Barak Obama, del cual algunos medios de comunicación se han contagiado como de una fiebre tropical, al punto que de él se pueden leer calificativos como: astro del rock político, o el JFK negro. Este hombre que se describe a si mismo como, y cito:”… el hijo de un keniano negro como el azabache y una estadounidense blanca como la leche…” a emergido como una estrella política basado en su carisma y es su poder de comunicación.

Inteligente y carismático – al estilo Kennedy, no hay dudas – Obama a hecho su carrera a base de romper esquemas y lograr cotas realmente impactantes para un joven afro en los Estados Unidos, así tenemos que fue el primer afro americano que ostento la Presidencia del Harvard Law Review y se graduó como abogado en esa universidad con distinciones de Magna Cum Laude, para luego trabajar por un tiempo como profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Chicago, trabajando además en la Consejería Jurídica por los Derechos Civiles en la ciudad.

No menos impactante es su carrera política, marcada por dos rotundos éxitos y por los escándalos privados que destruyeron la imagen de sus rivales, limpiándoles el camino a al Senado. Así en el 2004 Obama se presento a la carrera por el puesto de Senador por Illinois, corriendo en las primarias Demócratas contra Blair Hull y Dam Hynes. En esta competencia Obama inició detrás de Hull en los sondeos de opinión, pero un oportuno escándalo de violencia doméstica que implicó a Hull, saco a su principal enemigo del camino y lo colocó al frente de las primarias. A partir de allí, mejoró notablemente la imagen de Obama y comenzó a liderar en los sondeos de opinión.

Súbitamente comenzó a recibir el apoyo de líderes democráticos, aconsejados por la fuerza pública de este liberal, y en las Elecciones Primarias, Obama sumó más votos que los otros seis candidatos combinados, ganando con el 52% de los sufragios.

Limpio este escalón, Obama entonces se enfrentó a los republicanos por el sillón de Senador. Su rival fue el candidato Jack Ryan, ganador de las primarias republicanas y quien tenía grandes posibilidades, sin embargo, un escándalo sexual mancho a Ryan - fue acusado de llevar a su esposa a clubes de sexo – por lo que este retiró de la campaña. El partido republicano de Illinois eligió el candidato conservador Alan Keyes para sustituir a Ryan. Finalmente, Obama ganó las elecciones por una diferencia considerable: 69.97% contra el 27.05% de Keyes.

No cabe la menor duda de que Obama es político coherente, y si bien debe atribuírsele su victoria en estas elecciones a dos formidables golpes de suerte, no es menos cierto que su imagen creció frente al electorado por lo novedoso y refrescante de su proyecto política como crítico mordaz de la actual Presidencia y un opositor en todo momento de la guerra en Irak.

En un panorama marcado por la crisis del modelo político neo conservador, Barak Obama se erige como el aire fresco luego de una inmersión profunda en el oscurantismo republicano de los dos mandatos Bush Jr. El Senador se presenta como una alternativa de peso y de controversias en un país donde en toda su historia los puestos de alto nivel político son prácticamente vedados para los afros americanos y para las minorías en sentido general. Así que la perspectiva de un posible Presidente Negro convierten a Obama en un estandarte y hace que hasta la fecha la prensa se halla centrado más en su condición racial que en su proyecto político, que un final de cuentas es el proyecto político del Partido Demócrata: obtener el sillón presidencial para el partido.

De todo esto se desprende que el principal rival en las primarias de los Demócratas que tendrá la Clinton es precisamente Obama, como tampoco cabe la menor duda que los Demócratas están apostando en esta campaña a la novedad: ¿un Presidente Negro o una Mujer Presidente? Esta parece ser la disyuntiva a resolver de aquí a las primarias, si bien es cierto que existen otros posibles contendientes en el partido, de los que solamente los Senadores John Edarws y Bill Richarson constituyen rivales de algún peso.

Sin duda alguna sea quien sea de los dos él que logre ganar las primarias partidistas, tendrá un largo camino por delante hasta la Oficina Oval en el que aún deberán soltear miles de dificultades y posibles escollos, entre los que no podemos descartar fraude electoral o descrédito por escándalos, incluso asesinato si fuese preciso – sino a revisar la historia de John Kennedy y de su hermano Robert -. Todo esto para que al final la política de los Estados Unidos apenas sufra ligeras mutaciones.

Si, porque pensar que la llegada de un demócrata a la presidencia logrará convertir al imperio yanqui en un país equilibrado y respetuoso del orden y justicia mundial es como esperar que llueva maná – con la debida disculpa a los religiosos -. La política imperial es un factor común dentro de los dos partidos de poder el los Estados Unidos, la diferencia esencial entre uno y otro puede estar centrada por la tendencia facistoide los neo conservadores Republicanos, especialistas en amenazas e intervenciones militares que lo aleja de la dulcemente venenosa e ingerente diplomacia de los Demócratas.

Por otro lado habría que ver hasta que punto son ciertas las declaraciones de intención de retirar las tropas de Irak, porque al igual que los actuales gobernantes, los que vengan después tendrán sus manos atadas por los millones de las trasnacionales de la guerra, el Complejo Militar Industrial – Grupos Financieros como Carley – y los lobby armamentistas. Habría que ver hasta que punto sus políticas y programas sociales y de salud no se ven frenados por las contribuciones a sus campañas de la Industria Petrolera y Médico – Farmacéutica. Y por último habría que ver hasta que punto permitirá reales cambios en la política internacional, especialmente para el Medio Oriente y para América Latina, los grupos de presión Anticubano y Judío, verdaderos dioses en la política yanqui, que pueden llegar a decidir las elecciones con manejos fraudulentos como los de la Florida en el 2000.

El sistema político de los Estados Unidos esta minado en sus cimientos, esta podrido y sin solución ni nuevas posibilidades de cambios radicales a mejores políticas para el propio pueblo que representan y para el mundo. Estados Unidos debe ser refundido desde sus inicios, desde las ideas de grandes pensadores y políticos como Lincon, la historia debe recomenzar por los valores que tuvo en un momento y que fue perdiendo.

…” Estados Unidos a marchado de más a menos”… dijo José Martí, hace casi tres siglos, habría que acotar a esta frase hoy: Estados Unidos a marchado de más a menos hasta de detenerse, hasta agotarse en su propio mentira, hasta corromperse hasta el alma, hasta convertirse en un fantoche de nación si ley, sin política y sin justicia donde el pueblo debe sufrir para que el modelo de explotación y de enriquecimiento de una minoría no decaiga, aunque con ello muera la humanidad.

Ciudad de la Habana, Cuba

03 junio de 2007

J.D.G.(Manu)

No hay comentarios: