lunes, 30 de julio de 2007

Chiquita Brands: Negocio criminal de la Trasnacional Norteamérica


Según Mister President Bush a: “Todo aquel que promueva, ampare o financie el terrorismo se le considerará terrorista” y por supuesto es de entender que su gobierno se atribuya el derecho de “… atacar a la mayor prontitud en 60 o más oscuros rincones del planeta…”, descontando de antemano la auto concesión – sin consultas a nadie – del derecho de ser policía mundial y decidir con que rasero medir en el tema del terrorismo, o deberíamos decir, decidir sobre que terrorismo es bueno y no lo es. Por estos días estas “trascendentales” ideas del Tejano Alcohólico se me hacen muy presentes.

Resulta que creo que se le esta pasando al Amo de las Bombas uno de los…60 o más oscuros rincones del planeta… y justo bajo sus narices, en la sede principal de la compañía Chiquita Brands en Cincinnati, heredera del imperio bananero de la United Fruit Company en Latinoamérica, tras su fusión con otra empresa en 1970, y heredera igualmente del imperio de terror y explotación que ha constituido el paso de la United por estas tierras. Y es que si la madre – United Fruit Co. – se las agencio, bajo la voraz asesoría legal del abogado y ex Secretario de Estado John Foster Dulles, y su hermano Allen Dulles, a al sazón cabeza de la CIA, para derrocar gobiernos, masacrar aldeas rurales y asesinar lideres obreros y sindicales, la hija – Chiquita Brands – se a lucido a lo grande con su participación y colaboración descarnada con las guerrillas paramilitares de ultraderecha colombiana.

En un lapso de tiempo de una década, desde el 1997 hasta el 2004, la empresa norteña pago, casi mensualmente, a las denominadas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) cantidades que ascienden a 1.7 millones de dólares de los Estados Unidos, pagados en cheques inicialmente, a través de su filial colombiana Banadex, y luego erogados en efectivo. De esta forma Chiquita Brands se las agencia para ganar originalidad dentro del mundo de corrupción empresarial norteña, porque resulta que las AUC fueron incluidas en septiembre 10 del 2001 en la lista negra de organizaciones terroristas por el gobierno de los Estados Unidos – junto con Al Qaeda, Hamas, etc. - mientras que el 7 de noviembre del propio año, apenas dos meses después, la empresa, por medio de su filial, descargo de sus buques y almacenó 3 400 fusiles AK – 47 y cuatro millones de municiones, de procedencia desconocida pero cuyo destino fueron precisamente las AUC.

Cabría preguntarse para que una multinacional, cuyo negocio es la comercialización de Bananos, necesita en sus nóminas a un grupo extremista, nacido como respuesta del gobierno colombiano ante el auge de los movimientos paramilitares de oposición, e igualmente producto del negocio de la droga, y compuesto por unos 20.000 hombres armados dedicados de lleno al secuestro, la tortura, las violaciones de los derechos humanos, asesinatos y tráfico de droga.

No convence la respuesta que al respecto ha ofrecido Chiquita Brands, que intenta justificar tales pagos amparándose en supuestas amenazas contra la empresa y su filial de las AUC, porque en contra de esta idea están las declaraciones de los asesores legales del emporio que admiten haber avisado – y sólo eso – en reiteradas ocasiones sobre la ilegalidad de estos pagos. Por otro lado el evidente caso omiso a los consejos legales y el hecho de que se buscase una vía más “limpia” para continuarlos – se dejo de pagar en cheques que son de más fácil rastreo y se paso a pagar en efectivo – es otro elemento que atenta contra la argumentación oficial. La empresa continúo pagando a las AUC hasta el 2004, aun después de que el Departamento de Justicia de los Estados Unidos decidiera comenzar a investigar en el 2003 – aunque tenían noción de esto con antelación – los vínculos de la misma con la guerrilla ultra derechista colombiana, lo que me hace pensar que o los directivos de Chiquita Brands vivían en un clima de terror por las supuestas amenazas o son unos grandes farsantes, aunque no creo que tenga duda en decidir por la segunda opción.

La respuesta a la pregunta salta en la historia de la empresa más que en sus declaraciones. La compañía norteamericana se las ha agenciado para hacer un imperio comercial a costa de la explotación y el miedo en las tierras y hombres de Sur América. En muchos países – Honduras, Colombia, Costa Rica – comunidades enteras depende de la existencia de plantaciones o dependencias de la empresa en su región, y su poder es tal que llegan a sustituir en rango de autoridad a la administración de justicia local y a las fuerzas de seguridad. Chiquita Brands ha expuesto a poblaciones enteras a los efectos de pesticidas de alto riesgo, es conocido casos en que desalojó aldeas enteras a punta de armas – al menos una en Honduras –, suprimió sindicatos, y ordenó la muerte de personas que estorbaban al normal desempeño de su negocio de explotación en esos países, y para este tipo de trabajos sucios siempre hacen falta hombres con especialización en el arte de matar.

En la madrugada del 17 de enero del 2001 unos 80 miembros de las AUC penetraron en el caserío de Chengue, Departamento de Sucre, y acorralaron a los pobladores, separando a los hombres de las mujeres para luego, con mazas y piedras, asesinar a los primeros y concluir su trabajo con un saldo de 24 victimas en apenas una noche. Igualmente en determinados barrios de la capital los paramilitares han instaurado un régimen de terror que incluye toques de queda forzados y el asesinato de líderes sindicales y jóvenes progresistas, en todos estos casos, siguiendo el hilo verde dólar, encontramos la mano de Chiquita Brands. Durante tiempo la multinacional norteamericana ha crecido sustancialmente en poder económico y de influencia en el mercado basado en los baños de sangre y el terror de las AUC en Colombia, pero también de otros sicarios en el resto de los lugares donde se ha asentado. Mantener a los trabajadores a raya, conquistar tierras a punta de armas y luego blanquear las operaciones con visos legales de comercio ha sido su especialidad, y por esta labor, eficientemente ejecutada, han pagado los 1.7 millones de dólares a las Autodefensas. Intelectuales como Gabriel García Marques o como el abogado colombiano Jorge Eliécer Gaitan han denunciado tales atropellos desde siempre – desde los años de la United Fruit Co. - y han sido además victimas de ellos, García Marques fue prácticamente obligado al exilio por manifestar sus opiniones al respecto como periodista que le acarrearon varias amenazas de muerte por parte de estos grupos extremistas criminales.

Y el colmo de corrupción de la multinacional esta en la posibilidad de que la empresa halla usado sus embarques de fruta para el tráfico de estupefacientes desde Colombia hacia los Estados Unidos. No podemos dejar de recordar que las AUC son uno de las organizaciones más sólidas en el comercio de droga desde el país latino hacia Europa y Norteamérica, y en los hilos de esta red se encuentra en muchas ocasiones el nombre de la compañía imperial.

Nos topamos así con que Turbo, puerto vital en la economía de Colombia, del que parten hacia el exterior un gran número de productos colombianos, incluidos los cargamentos de Bananos de Chiquita Brands es a la ves uno de los principales puertos de embalaje y embarque de drogas de la economía del narcotráfico y de las AUC y fue por este puerto por donde la empresa descargo las armas para la organización criminal. Lo interesante de esto es el hecho de que sea Turbo zona de alta vigilancia por los Estados Unidos, al estar próxima al Canal de Panamá y ser considerada de relevancia geo-estratégica, por lo que es de dudar que el gobierno yanqui desconociera las tratativas de la Trasnacional con los paramilitares. Pero precisamente el apoyo gubernamental – tanto en el Norte como en Colombia – es el alimento que da sustento a estas actuaciones.

Durante mucho tiempo las AUC ha actuado en Colombia con total impunidad porque entre sus miembros o en sus nominas se encuentra buena parte de los funcionarios gubernamentales y militares del país, y tal situación de corrupción institucional se ha acrecentado bajo el gobierno de Álvaro Uribe. Todos los intentos del gobierno colombiano de erradicar ese cuerpo paramilitar, por si solos o de conjunto con los Estados Unidos – Plan Colombia –, no han sido más que una farsa para eliminar oposición en las regiones donde operan las guerrillas – principalmente la FARC – o, y este es el caso de los Estados Unidos, como forma de desalojar a los campesinos de sus comunidades y tierras en beneficio de las Trasnacionales norteñas, disfrazándolo por su puesto de lucha anti narcóticos. Igualmente los paramilitares de las AUC han servido fielmente – aun lo hacen – a los yanquis en operaciones encubiertas contra el régimen bolivariano de Venezuela por medio de incursiones en el territorio venezolano y la realización de actos criminales en estos.

Sorprende entonces escuchar hablar al presidente Uribe con tal soltura sobre democracia, derechos humanos o libertad de expresión, sorprende escucharlo criticar a su vecino Hugo Chávez por la cancelación de la concesión televisiva a la cadena RCTV que fomentaba la muerte y la anarquía en Venezuela, mientras en su país los medios de prensa – siempre en manos del sector privado oligárquico – apenas si pueden hacer mención de las realidades colombianas y cuando lo hacen se visten estas de incidentes en las crónicas rojas, muertes aisladas. No impacta en cambio a nadie el hecho de que Uribe ponga como referencia de modelos de conducta gubernamental a los Estado Unidos y mucho menos que el presidente Bush considere a su homólogo colombiano como el principal aliado en el continente.

Lo que justifica entonces que del proceso que el Ministerio Público de los Estados Unidos abrió contra Chiquita Brands por su vinculo a las AUC, esta se librease apenas con una multa de 25 millones de dólares, baste mencionar que con condena similar – que por cierto no recuerdo si pago – escapo el abuelo del actual presidente norteño cuando se descubrió que su empresas sostenía tratos con los Alemanes Nazis, así que podemos decir que existe una tradición familiar Bush en el tema, habría no obstante que preguntar a las familias de las victimas de Chengue que creen del castigo. Entre tanto los gobiernos americanos y colombianos hacen el show de la justicia al solicitarse mutuamente – pero sin real esfuerzo ni intención - la extradición a Colombia de funcionarios de la empresa y a Estados Unidos de miembros del gobierno y el ejército colombiano para investigar y ser juzgado por los hechos.

En la actualidad al menos otras dos empresas norteamericanas están envueltas en escándalos de este tipo – Drummond y Coca-Cola- y se les considera responsables de la muerte sindicalistas. De los miles de millones de dólares que las empresas imperiales han invertido en Colombia, una parte considerable se ha transformado en armamentos para los paramilitares, agro tóxicos y entrenamiento militar que solamente ha prolongado la crisis y la inestabilidad en la región. A todo ello a hecho caso omiso el presidente Bush a lo largo de sus 8 años de mandato, en cambio si se le ha visto muy activo a la hora de emprender guerras de rapiña o vetar proyectos de ley para otorgar cobertura médica estatal a menores de edad en los Estados Unidos.

Que Chiquita Brands, Drummond o Coca – Cola, por solo mencionar tres, han promovido, amparado y financiado el terrorismo no cabe la menor duda, debería entonces esperar ver asaltadas sus oficinas por cientos de oficiales de la Guardia Nacional, el FBI o el nuevo Departamento de Seguridad de la Patria, armados hasta los dientes, para arrestar sin discriminación a todos sus ejecutivos y condenarlos, pero esto sería pedir demasiado a la realidad de un imperio criminal y fascista como el norteamericano. Menos viables aun me parecen las demandas de organizaciones no gubernamentales, en cortes americanas, contra las mencionadas empresas, dado que es más que evidente que el sistema de justicia de los Estado Unidos es un Show, una comedia, una parodia de justicia. La única solución posible esta en el Sur, en nuestras tierras, en la edificación de gobiernos revolucionarios y progresistas como los de Venezuela, Ecuador y Bolivia, que rescaten la dignidad de nuestra gente y nuestros recursos naturales de las manos de las Trasnacionales y erradiquen de una vez la corrupción gubernamental y el narcotráfico.

Que un mundo mejor es posible lo creo, pero que debemos construirlo con nuestras propias manos y lejos de cualquier vínculo con los gobiernos y Trasnacionales de los Estados Unidos es mi convicción.


Ciudad de la Habana, Cuba

29 de julio de 2007

J.D.G (Manu)

lunes, 23 de julio de 2007

Los Estados Unidos S.A.: Los gastos de los ex presidentes.

¿Cuanto ha costado al contribuyente norteamericano la presidencia de George W. Bush Jr? Ya sabemos que sus dos aventuras bélicas han puesto las arcas del estado al limite –sólo en un día de combate en Irak se gastan 1 000 millones de dólares - y es más que conocido cuanto dinero ha regalado, en contratos y concesiones económicas de todo tipo, a las Compañías Petroleras, el Complejo Militar Industrial y todo la cúpula empresarial neoconservadora que lo llevo al poder, así, y contando el hecho de la desaceleración de la economía del Imperio y su tendencia a la crisis, podemos dar por sentado que el costo al bolsillo del americano promedio supera por mucho lo que ganaran a lo largo de toda su vida, por lo que muchos sueñan ya la llegada del 2008 y con él el fin de la era Bush Jr.

Pero resulta en este caso – el caso de los Estado Unidos – que el refrán popular que reza …muerto el perro se acabo la rabia… no aplica, sino que muerto el perro – en sentido figurado claro –la rabia sigue alimentándose de las venas del estado. Y es que los señores ex inquilinos de la Casa Blanca se erigen al mundo como los jubilados con pensiones mejor pagadas de la historia, amparadas en absurdos derechos de excepción que les permite amamantarse del contribuyente por mucho tiempo luego de finalizado su mandato.

La tradición la comenzó Harry S. Truman en 1958, el gobierno considero en aquel entonces que el presidente, tras su mandato, debía estar excluido del pago de los servicios postales ya que su fuente de ingresos como civil consistía, según récord, en su pensión de jubilado del ejercito: $ 112.26 dólares por mes, lo cual evidentemente era una gran falacia que caía muy bien a los bolsillos del hombre que puso las bombas atómicas en tierras japonesas.

Así, y por este concepto de exclusión del pago de los servicios postales, se abrió la brecha por donde años tras años se han filtrado los billetes para los ex. Baste decir que sólo entre 1977 y el año 2000, por pensiones a los ex mandatarios, el contribuyente americano a tenido que pagar 370 millones de dólares, y un poco más si contamos con el hecho de que muchos de los dignatarios en retiro reciben pensión también por haber ocupados cargos de senador o representante. Un negocio redondo que incluye el pago de suntuosos servicios fúnebres con honores militares cuando llegue el caso.

A los ex presidentes se les paga además: asignaciones de bolsillo para salarios de sus empleados, la renta de sus oficinas, servicios telefónicos local y de larga distancia – incluido servicios de Internet -, publicaciones, viajes y servicios médicos de alta calidad, en un país en crisis en la cobertura de salud de su población, todo ello bajo el manto del uso sin costos del correo.

Lo que resulta muy irritante teniendo en cuenta los presidentes de estos días, porque si Truman recibía exclusivamente $ 112. 26 de ingreso – y voy hacer como que me lo creo – los actuales ex, por el contrario, gozan de fuentes amplias y jugosas de ingresos. La mayoría de estos señores provienen de adineradas familias – Ford, Bush un buen par de ejemplos – ostentan largos títulos académicos que hacen valer como profesores de importantes y prestigiosas Universidades privadas donde perciben suntuosos salarios o son magnates de algún ramo, con empresas trasnacionales que saquean economías de países pobres y hacen crecer sus cuentas bancarias. Una sola conferencia “magistral” o discurso de estos señores en algún evento puede llegar a costar 100 000 dólares.

Aun así siguen halando dinero del estado y en escalofriantes cantidades, tan sólo para 2006, con referencia 4 de estos señores, Estados Unidos se presupuesto la espantosa suma de $ 2.879.000 dólares repartidos como sigue:

Gerald Ford $ 541.500

Jimmy Carter $ 503.500

George H.W. $ 727.500

Bill Clinton $ 1.124,500

¿Qué será entonces de Bush Jr? Pues todo parece indicar que en esto también el hijo superará al padre – ya lo superó en estupidez y amor a la guerra – máxime cuando otro de los rublos donde el estado norteamericano tiene que poner recursos financieros con respecto a los ex presidentes es el referido al de su protección.

Según la ley del Imperio, por un periodo de 10 años el Servicio Secreto de los Estados Unidos debe encargarse de velar por la seguridad personal de los mandatarios en retiro. El número de personal destinado a estas funciones dependerá de la evaluación que el propio Servicio Secreto hace de los riesgos que para su vida de civil conlleva su paso por el gobierno, es de suponer por tanto que mientras más problemático en el panorama mundial aparezca la presidencia del sujeto, mayor es el riesgo para su vida en retiro, según la ecuación de la seguridad presidencial. Es algo así como mientras más metas la pata más querrán amputártela.

Partiendo de ello, el Servicio Secreto a anunciado en estos días que para proteger al actual huésped de la Casa Blanca, cuando abandone el sillón de la Oficina Oval, necesitarán nada más y nada menos que 103 hombres – más que las cifras de su predecesor -, pues el señor W es considerado “un blanco del terrorismo de alto valor”, declaración que sin duda alguna elevará los gastos de seguridad personal de los ex, ya de por si millonarios: 24 millones en el 2006. Y en mi opinión personal de aquí al 2008 puede que esa cantidad de personal no alcance.

Siendo el hombre más odiado en la faz el planeta en estos últimos 8 años de mandato, padre del enfrentamiento intercultural entre Occidente y el Oriente Lejano y Próximo y cabeza – es difícil decir cerebro porque no lo posee – de la inestabilidad en esta región, las posibilidades de un atentado en su contra, al paso de la administración a la vida de ciudadano, no requieren análisis de alta inteligencia sino pura racionalidad – algo ausente en su mandato -.

Como quiera, no cabe la menor duda de que ser Presidente de los Estados Unidos no implica para nada un compromiso con una nación o con su pueblo, si no más bien un gran negocio. Negocio que por cierto nadie quiere dejar decaer y mucho menos Bush Jr. pues este año se ha decidido que las pensiones de los ex suban hasta $ 186 600 dólares anules, con lo que se abre más la tajada para los predecesores y para si mismo.

Como diría la periodista cubana Juana Carrasco Martín:

… Por ahí anda W Bush, así que realmente será un “invaluable” blanco…o un “blanco” invaluable….

A lo que sólo me cabría añadir:

Welcome a los Estados Unidos S.A., tierras de un pueblo explotado, hogar de un gobierno corrupto.

Ciudad de la Habana, Cuba

22 de julio de 2007

J.D.G (Manu)

lunes, 16 de julio de 2007

El negocio de la Muerte: El Complejo Militar Industrial en Estados Unidos y la Guerra en Irak

¿Por qué aun se mantiene la ocupación ilegal de Irak? Ya no pueden alegar las mentiras de las armas de destrucción masiva o los supuestos lazos de Al Qaeda y el gobierno de Saddam Husein, diariamente es más indudable que tras los atentados del 11-S gravita la mano oscura de la actual administración Bush, y es que ni siquiera los más reales objetivos de robar el petróleo iraquí han fructificado, porque la resistencia les hace imposible la tarea de sacar el crudo del país en las cantidades necesarias. Pero pese a todo aun las tropas de Estados Unidos mantienen su criminal control del país del Golfo Pérsico ¿Por qué?

Cuando en los años 60 el héroe norteamericano de la Segunda Guerra Mundial, Dwight Einsenhower, abandonaba el cargo de Presidente de la Nación para entregárselo al demócrata John F. Kennedy, se dirigió en un discurso televisado de despedida en el que, con aires de preocupación, alertaba sobre una nueva amenaza para el “sistema democrático” de los Estados Unidos y que, contrariamente a lo que se podía pensar, no provenía de distantes costas Europeas o de revoluciones recién nacidas en islitas del caribe, sino del propio corazón de Washington, de las oficinas del Pentágono y Empresas Contratistas del Departamento de Defensa: El Complejo Militar Industrial como lo bautizara Einsenhower, y que nació como concepto durante la Segunda Guerra Mundial y se desarrollo con posterioridad a ella en los cálidos climas de la Guerra Fría.

Entonces era claro ya para Einsenhower la real inminencia de un poder paralelo al estado que controlase al propio estado, ahogándolo en una espiral de producción armamentista que conllevaría, por demás, todo un proceso de corrupción gubernamental y debilitamiento de libertades e instituciones de la administración del estado, tal cual ha acontecido. Para la fecha del mencionado discurso, 3 millones de hombres y mujeres de los Estados Unidos trabajaban en el ramo bélico, pero más que nada, y puede que Einsenhower igualmente lo previera, la existencia de tal Complejo Militar Industrial generaba la necesidad de que esa producción de armas se realice.

Es una regla elemental de la economía que la razón de ser de toda producción es su realización, de tal manera la razón de ser de un lápiz es realizarse, a saber, que sea usado y gastado para que surja la necesidad de uno nuevo. Esta regla no deja de aplicarse para la industria armamentista, la razón de ser de los aviones, portaaviones, bombas de penetración, municiones de uranio empobrecido etc., es realizarse y el único marco donde esto ocurre es la guerra, así como también su mejor terreno de ensayo y experimentación. Por esta razón las grandes corporaciones del Complejo Militar Industrial necesitan de las guerras y los estados de amenaza para seguir ganando dinero. Es imprescindible entonces un gobierno que les garantice intervenciones y todo tipo de operaciones militares que impliquen la compra y contratación de producción militar, así como la necesidad desarrollar nuevos armamentos, proceso por el cual reciben grandes financiamientos estatales.

Y es aquí donde el Complejo Militar Industrial entra en el gobierno y toma el control de todas sus ramificaciones, siguiendo lo que se ha dado en llamar Sistema de Puertas Giratorias. Según este sistema, empresas del Complejo - Halliburton, United Denfense Industries Inc. o el Grupo Carley por sólo mencionar - mantienen es sus planas a un número de personalidades con fuertes títulos de Grado y Postgrado en Universidades de renombre, además seguidores recios de la ideología conservadora o neo conservadora. Estos señores, a los que se denomina Thinking Tanks (Tanques Pensantes), se someten a una especia de pasantía en estas compañías, durante la cual dedican especialmente interés a la formación de políticas, planes de defensa y seguridad interna que exportaran al gobierno cuando, con el apoyo de los capitales de esas compañías, se postulan a puestos estatales – especialmente la presidencia - .Es más que evidente que dichos planes y políticas deben responder convenientemente a las necesidades económicas de vender de sus empresas, por lo que luego de un exitoso paso por la política, al menos para las cuentas del Complejo Militar Industrial, los Tanques Pensantes abandonan la administración pública, regresando a las nóminas empresariales y a un nuevo periodo de pasantía, formándose un ciclo de reciclaje que facilita la rotación de hombres claves para que la industria de armamentos nunca decaiga: una verdadera puerta giratoria.

No es entonces de extrañar que nombres como Poul Wolfowitz se repitan de un gobierno a otro, más cuando ha sido uno de los mejores viajantes de estas puertas de corrupción y padre, de conjunto con otros grandes neocon, del llamado Proyecto para el Nuevo Siglo Americano, que recoge la ideología mesiánica y facistoide de la actual administración Bush Jr., y se traduce en guerra, lo que es igual a más armas que realizar, más dinero para el Complejo. Menos extraño es que la empresa que dirigió el vicepresidente en funciones Dick Cheney, Halliburton, sea la empresa más beneficiada por la invasión a Irak - 25 % del dinero que se destina anualmente por el gobierno va a sus cuentas - al “ganar” licitaciones y contratos para la supuesta reconstrucción del país árabe- que nunca llega -, así como otros contratos que van desde proveer mercenarios, hasta los servicios de abastecimiento del ejercito.

En mi trabajo anterior sobre el tema, El Pasado y Nuevo Rey: El Complejo Militar – Industrial, verdadero dueño de los Estados Unidos (07-05-2007), decía:

…Estos Amos del Negocio de la Muerte, ven en el ejército un mercado donde sus productos se colocan y cotizan con grandes dividendos. La carrera armamentista es un royalty cuyos precios no decrecen y cuya demanda tampoco, siempre que se le garanticen guerras por sus clientes, y con ese objetivo invierten. Poco importa quien ocupe la Oficina Oval, los magnates de la industria militar no perderán su poder de presión porque su dinero esta más que mezclado con la política y sus hombres son los hombres que gobiernan, independientemente bajo que nombre o partido.

Y aquí esta la principal razón por la cual el Presidente Bush Jr. veta una tras otra cualquier iniciativa del Congreso de retirar tropas de Irak. Sin importar cuan mal le vaya la guerra en Bagdad, hoy por hoy sigue siendo el principal negocio para los dueños de los Estados Unidos: El Complejo Militar Industrial.

El costo de un día de combate en las calles de cualquier ciudad del país del Golfo Pérsico representa 1 000 millones de perdidas para el presupuesto del estado e igual cantidad de ganancias para las empresas del Complejo. De igual forma un soldado de los Estados Unidos en combate representa un gasto militar de alrededor de 50 mil o más dólares diarios, que implica uniformes, equipos de todo tipo, medicinas, municiones, salario – del que se le deduce gran parte de estas cosas al soldado-, dinero que ingresa constante y sonante en los bolsillos de las empresas del Complejo. De tal modo que el envió de 300 mil soldados a un país que no hay forma de controlar ya, no responde a razones defensivas sino a meras cuentas matemáticas de economía de mercado, y los casi 4 000 soldados muertos solo implican perdidas para el negocio.

La respuesta a la pregunta que dio origen a estos comentarios es simple pero cruel, la única razón por la cual aun se mantiene la ocupación, el terror y las muertes de inocente en Irak es porque esas muertes pagan los salarios y costosos estilos de vidas de los dueños de los Estado Unidos. Entretanto un bombardeo de medio hora sobre las calles de Bagdad represente un coche o un yate para un directivo de la Halliburton, entre tanto una incursión de tropas en un barrio controlado o no por la resistencia implique una mansión para un vicepresidente de United Denfense Industries Inc la guerra continuará, la muerte continuará. En tanto subsista el Complejo Militar Industrial los Estados Unidos no conocerán jamás la liberta y el mundo no podrá consolidar jamás la paz.

Ciudad de la Habana, Cuba

15 de julio de 2007

J.D.G (Manu)