lunes, 19 de enero de 2009

Conflicto en Oriente Medio: Una aproximación a las verdades ocultas por el Sionismo. (Final)


V
Democracia Sionista ¿Acaso Existe?

Sostuve con un joven Sionista argentino, un debate que fue tornándose poco cortes y a la postre se convirtió en una contienda al máximo. Mi oponente apelo a cuanta estrategia recoge el manual del “Sionista Neo conservador Occidental” para la desinformación y manipulación indebida de argumentos, historia y conceptos, incluida la censurara. Por mi parte, confieso haber perdido en ocasiones la paciencia y con ella el tino y la mesura, lo que me llevo a ser presa por momentos de la pasión propia de mi sangre latina.

Mi opositor, que se definía a si mismo como un “progresista” – a saber que entendía él por ello – insistía, como principal arma de defensa, en señalar el supuesto carácter marcadamente democrático de Israel y por consiguiente del Sionismo, frente a la barbarie del “extremismo musulmán palestino y árabe en general”. Solía decir que:

“… Israel mantiene elevados estándares de democracia, respecto y tolerancia en tanto en Teocracias como Irán las libertades están mutiladas…”

Y pasaba a una detallada letanía de presuntas virtudes democráticas del Sionismo que se me hacía intolerable pensar alguien las creyera verdad. Ciento de canales de noticias, miles de diarios del Occidente Imperial gastan cuantiosos recursos para hacernos copartícipes de esta hipótesis y evidenciarla a cada segundo con pruebas – dicen ellos – irrefutables ¿Qué tan errados pueden estar?

MUCHO. Cuando estudiaba en la Universidad un profesor de Historia del Estado y el Derecho solía decir que lo difícil de la DEMOCRACIA no era entender el concepto en si – Democracia = Poder del Pueblo – si no crear un concepto justo y humano de Pueblo. Eso no lo consiguieron ni los griegos antiguos y no pretenden conseguirlo los sionistas.

En ese Israel tan tolerante que dibujan, las poblaciones árabes israelíes han vivido desde el 1948 en zonas fronterizas señaladas como Zonas de Seguridad hasta el 1966, por tanto sometidos a un régimen marcial de veinte años (20). Mientras otros miles de ellos subsisten en Aldeas no Reconocidas, no elegibles para la instalación de electricidad o servicio gubernamental alguno. Según Human Rights Watch, en estos sitios se ha establecido un régimen segregacionista educacional, con las escuelas para palestinos separadas de las de judíos, donde los gastos del gobierno se canalizan de tal manera que se pueda mantener a los primeros en el total subdesarrollo.

Mientras el Fondo Nacional Judío (FNJ), organismo constituido para promover la repoblación Hebrea de Palestina, prohíbe la venta u arrendamiento de parcelas a no judíos, datos que se recopilaron en un periodo de actuación del Ejercito Israelí – entre enero de 2000 y enero del 2007 – contabilizaron las siguientes cifras:

1. Asesinados 5.050 palestinos entre hombres, mujeres y niños. 2. Heridos 49.760. 3. Arrestados 10.400. 4. 351 mujeres palestinas han sido muertas puntos de control, 150 enfermos muertos en punto de control sionistas y 66 personas muertas por palizas de colonos judíos. 5. 80.712 dunams de tierra Palestina (1 dunams equivalente a mil metros cuadrados de tierra) fueron pasadas por bulldozer. 6. Casi 13 millones de árboles derribados. 7. 788 aves de corral fueron matadas y 14.829 animales de ganado murieron (incluyendo 12 mil vacas, 15.549 colmenas de abejas destinadas a producir miel). 8. 425 pozos de agua fueron destruidos completamente 9. 207 casas de granjeros derribadas. 10. 247.291 dunams de tierra Palestina se han confiscado para la construcción del muro del odio judío en Cisjordania y Jerusalén oriental. 11. 432 edificios industriales han sido dañados. 12. El desempleo entre los árabes palestinos es de 30,3 %, la tasa de pobreza tan solo en territorios ocupados es de 70 % - digna de África Sub Sahariana -.

Las cifras aumentan anualmente a razón del doble de las cuantificadas por cada trimestre de este cómputo.

La liberta de expresión y prensa, elementos supuestamente inviolables en las “Democracias Imperiales” como la Sionista, lejos de ser veneradas por este país también sufre el brazo fascista de su política. El 15 de marzo de 2003 en Rafah, Rachel Corrie, de 23 años, nacida en los Estados Unidos y activista voluntaria de International Solidarity Movemnet (ISM) fue asesinada por un bulldozer del ejercito israelí que, deliberadamente, le paso por encima cuando junto con sus compañeros intentaba impedir la destrucción de viviendas de familiares de los kamikaze palestinos. En la acción, según testigos presenciales, el conductor marcho directo sobre Rachel, lanzando tierra sobre ella con objeto de inmovilizarla y luego atropellarla, alegando más tarde que no la vio, pese a que Rachel, como norma de seguridad de todos los activistas, vestía con chaleco brillante y fosforescente marcadamente visible y fácilmente identificable. Los asesinos siguen libres.

Igual suerte corrieron Brian Avery (24 años) activista del ISM, muerto por disparos de un soldado Sionista en pleno rostro, el asesino alego entonces “daño colateral” y no fue procesado, Tom Hurdall, otro miembro de ISM, a quien dispararon en la cabeza francotiradores israelíes y provocaron muerte cerebral y James Millar, cámara ingles baleado mientras portaba un chaleco que decía TV en grandes letras.

Pero de esto nada se dijo y nada se comentó o protestó, ni si quiera en EU, más preocupado en su Guerra de rapiña en Irak, en los tejemanejes de los procesos electorales o en las oscilaciones monetarios de las Bolsas de Valores, minadas en sus cimientos con una política capitalista de libre mercado, destinado solamente a la liberta de enriquecer al más rico y repartir los riesgos a los más pobres.

Asesinatos de civiles palestinos – mujeres, niños y ancianos principalmente –, pacifistas y periodistas que no comparten la visión sionista del Medio Oriente, destrucción de campos de cultivos y ganados, bloqueo de rutas de comercio y de salida u entrada de servicios de salud y de otros servicios básicos e imprescindibles para la vida humana, esos son los “…elevados estándares de democracia, respecto y tolerancia…” de que hablan hasta el cansancio el gobierno de Israel y sus aliados en el Occidente del mundo.

En ese país imaginario que se fabrica con propaganda y fanfarrias de mercado mediático, el oprobio contra el hombre, el desprecio a quienes difieren en creencias y opiniones al sionismo, es moneda de cambio. Incluso – aun cuando es el cúmulo de la ironía más amarga – el racismo es política de estado, cientos de judíos de origen africano son despreciados y discriminados, se les niegan derechos ciudadanos básicos y se les excluye de las posibilidades y ventajas que el gobierno crea para la re patriación de judíos a Israel.

Ante tanta sangre, ante tanto horror me voy quedando sin palabras, ante tanto cinismo y mentira pierdo la paciencia y grito: FACISMO, APARTHEID esa es la verdadera faz del Sionismo Israelí y de su hermano imperial en las sombras del poder de los Estados Unidos.


VI Epilogo Imprescindible.

Sobre este conflicto y sobre las mentiras que alrededor de el se tejen, para que nos perdamos en el Laberinto del Minotauro llamado Sionismo, podemos hablar por Siglos, pero mientras lo hacemos otro proyectil mata un inocente en un campo de refugiado Palestino, otro enfermo muere en los puntos de control Israelí que coartan la vida diaria del pueblo árabe en esa tierra hermosa, otra casa es destruida por bulldozer y un nuevo olivo milenario sucumbe bajo las fauces del Muro de la Vergüenza que Israel edifica en Cisjordania, todo ello bendecido por CNN, BBC, ABC y FOX News.

Es hora de actuar desde nuestra trinchera y al lado de las ideas justas. Aun cuando te creas muy lejos de las tierras del Medio Oriente, tú también puedes contribuir en esta batalla por la paz. Lee e infórmate, intenta hallar la verdad detrás de tanto lodo mediático y no te la guardes como tesoro preciado si no compártela con todos.

Año tras años, países con gobiernos verdaderamente democráticos y justos – como es el caso de Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador – promueven en las Naciones Unidas y otros foros internacionales proyectos que buscan denunciar la barbarie del Sionismo y condenarla, súmate a estas propuesta y acógelas como tuyas. Si bien es cierto que no podemos votar por estos proyectos en los foros que se debaten – quizá si – divulgarlas es una buena forma de ofrecer apoyo.

Nuestros generación esta llamada al cambio y la construcción de un Mundo Mejor, globalicemos la paz y no la guerra, el hombre y no el hambre, el amor y no el terror, el deseo de ser justo y no el miedo de no ser rico. Desterremos la avaricia pero no los sueños, digamos adiós a las armas pero no las almas. Un Mundo Mejor es posible, un hombre nuevo es necesario y que estas palabras sean su credo de lucha:

“…Techo, tierra, trabajo, pan, salud, educación, independencia, democracia, libertad, justicia y paz…. Estas fueron nuestras demandas en la larga noche…. Estas son, hoy, nuestras exigencias….” (Fragmento del Manifiesto Zapatista)

J.D.G (Manu)
Ciudad de la Habana, Cuba.
19 de enero de 2009.

lunes, 12 de enero de 2009

Conflicto en Oriente Medio: Una aproximación a las verdades ocultas por el Sionismo. (Segunda Parte)


III Dividir Palestina ¿Por Qué?

Uno de los principales métodos de coacción del Sionismo sobre el pueblo judío y el mundo, es el uso del Anti Semitismo, suele decírseles a los primeros que la solución a esta amenaza es existir en un estado judío independiente, a los segundos se les acusa de Anti semita si no son fieles seguidores de este pensamiento. El objetivo de esta farsa en 1947 y hoy es el mismo: la conquista de Palestina para el Sionismo y el control absoluto en Oriente Próximo, equilibrar el poder en la geopolítica de la región a favor de sus intereses.

Con esta idea y la realidad del exterminio Nazi contra los judíos en Europa, tras la Guerra, el Sionismo capto la atención de la que diáspora, que aún no la concebía como una política viable. Se desato así, por el Sionismo, una campaña mundial pro formación de un Estado Judío Independiente a partir de la partición de Palestina, a la que promovía una ola de atentados terrorista en la región contra intereses ingleses, a la sazón Imperio Gobernante, que llevo a que, tras turbias maniobras, Inglaterra abandonara la colonia en manos de las Naciones Unidas (ONU). La cena estaba servida para el deleite del Sionismo.

Entendamos algo del escenario de esta puesta en escena criminal y vergonzosa: nadie niega el derecho de que los judíos se asiente en las tierras de Palestina, como lo han hecho por siglos, pero ese derecho, que era reconocido entonces por el resto de los grupos poblacionales de la región, incluidos los árabes, es inherente a los judíos que permanecieron históricamente allí y a quienes se establezcan y coexistan pacíficamente esa tierra. En ningún caso significaba derecho a la formación de un estado independiente, esencialmente porque en 1947 – año en que se acuerda la división de Palestina en la ONU – los judíos eran minoría ínfima con sólo el seis por ciento (6%). Derecho de coexistencia pacifica en un estado único, laico e igualitario si tenía y tienen, nunca se negó ello en una Palestina que durante los años de la guerra abrió las puertas a los refugiados judíos en un número mayor que todos los países de Europa y los Estados Unidos juntos.

Otro elemento a tener en cuenta es que tanto los líderes del Sionismo, como miles de seguidores que se adhirieron a esta ideología, y que chantajearon por su objetivo, no guardaban ya vínculo con las tierras que reclamaban como suyas. Judíos polacos, húngaros, rusos, alemanes, hombres como Vlademir Jabotinsky, Eugenio Zolli (Israel Zoller, Gran Rabino de Roma) e incluso la propia ideología son extranjeras en Palestina, más identificados con la idiosincrasia del Occidente Europeo donde se formaron por generaciones, que la de Oriente Próximo, lo que lleva a que los palestinos plantearan su negativa a la Partición argumentado que:

….no se podía decir que la calamidad que sucedió a los judíos europeos era su culpa. Si los judíos tenían derecho a un estado, ¿por qué no se fraguaba en Alemania? ¿Por qué iban a cargar todo el peso de la expiación de los pecados de Europa?.... (Stephen R. Shalom, Antecedentes de la crisis Israel-Palestina: Preguntas y Respuestas)

Con estos elementos en sus manos ¿Cómo es posible que la ONU adoptase la decisión de apoyar y sancionar la División de Palestina en dos estados? La respuesta es simple: ni en Europa, ni en Estados Unidos la desaparición del Nazismo significaba la muerte del Antisemitismo, por otro lado el Sionismo convirtió en total desastre cualquier intento de integración judía plena a los nuevos gobiernos nacientes.

En Estados Unidos, el Lobby Sionista centró su línea en la economía y no en su pueblo, las oleadas de inmigrantes de Europa que provocó la Guerra y el hecho de que una década antes se viviese la peor crisis económica, no hacía muy agradable el asumir la inmigración judía, por lo que la frenan lo más posible durante la Guerra y luego de ella. En Europa, los principales focos de asentamiento judíos – pre y post guerra – se concentraban en las nacientes Repúblicas Socialistas, que crecían bajo el amparo de Moscú. En estos países los judíos se dividieron en dos sentidos políticos distintos: los primeros, seguidores de la izquierda, se integraron fuertemente al proceso revolucionario y al nacionalismo socialista, mientras la otra parte se alió al Sionismo, política eminentemente burguesa y capitalista, incompatible con las realidades que se vivían.

No es de extrañar entonces que las dos naciones que más presión hicieran a favor de la Partición, en una ONU en ciernes y con menos miembros que los que hoy tiene, fueran precisamente Estados Unidos y la Unión de Republicas Socialistas Soviéticas, con ellos además las potencias sobrevivientes en Europa – Francia e Inglaterra en especial -. Se lavaba Occidente la vergüenza de haber permitido el mayor genocidio de las historia del hombre con la vergüenza de robar tierras para solucionar sus problemas.

1947, la ONU vota la Partición de Palestina en dos Estados: cincuenta y cinco por ciento (55%) para los judíos, cuarenta y cinco (45%) para los árabes palestinos y Jerusalén como Capital Internacionalizada bajo el control del ente mundial; las declaraciones de independencia de los estados por nacer se fijaban para el año siguiente. Este plazo nunca se llego a cumplir, tres meses y medio antes de la fecha pactada el Sionismo violenta la Resolución y unilateralmente declara la formación del Estado Independiente de Israel, con Capital en Tel Avi y las fronteras fijadas en la ONU.



IV Conquistar Palestina: El Robo, La Mentira Y El Saqueo Como Política De Estado De Israel.

Para una política colonialista y con fuertes arraigos fascista el consumar tal empeño requería, como debemos suponer, el uso ilimitado de la fuerza, la coacción y el exterminio de cualquier obstáculo. Sobra decir que la intriga, el complot y la mentira son ingredientes también y es precisamente por donde tendremos que andar ahora. Claro esta, en este recorrido que propongo, no nos moveremos por la misma ruta de embustes de los seudo historiadores, los revisionistas y la prensa sionista, perseguimos en no toda la historia pero si toda la verdad. Marchemos entonces:

a) 14 de mayo de 1948.
En lo que sería el comienzo de toda una historia de encubrimientos y tramas sucias, Israel pacta en secreto, por medio de Inglaterra, con el Rey Abdullah de Jordania, para que este invadiese con su Legión Árabe, las tierras otorgadas en la Resolución de Naciones Unidas (ONU) al Estado Palestino, no interfiriendo de esta forma con la declaración de Independencia del Estado judío en esa fecha. La maniobra, aunque hábil, fue detectada por Egipto y Siria quienes invaden, increíblemente, no a Israel si no los territorios Árabes Palestinos.

b) 15 de mayo de 1948.
Siria y Egipto así como Jordania e Israel se lanzan sobre los territorios palestinos, todos concentrados a la más pura conquista y saqueo. La mayor parte de los combates se desarrollan en territorio de lo que debió ser el Estado Palestino y la Jerusalén Internacionalizada, dándole así la oportunidad al gobierno israelí de ampliar fronteras con el argumento de combatir por su supervivencia. En tanto los estados árabes en conflicto – Siria, Egipto y Jordania –se dedicaron a la rapiña desgastándose mutuamente.

Para el recién nacido Estado Sionista los combates fueron cuando menos un paseo, con unas Fuerzas “Auto Defensa” de hombres capacitados en los ejércitos aliados de la Segunda Guerra Mundial, siempre estuvieron en superioridad. Los árabes en cambio estaban divididos y sin coordinación y los resultados de la campaña no pudieron ser más que evidentes: Gran Derrotado: El Estado Palestino, para cuando se firmó la paz en 1949 era un mito, Vencedores: Egipto se quedaría con el control de la Franja de Gaza, Jerusalén se dividió entre Israel y Jordania que tomo la porción del Este. Supremo Vencedor: Israel, tras la guerra controlaba el setenta y ocho por ciento (78%) de Palestina y setecientos mil (700.000) árabes palestinos pasaron a ser refugiados sin derecho de regresar a sus hogares.

Como respuesta la ONU dicta la Resolución 194 sobre el tratamiento a los palestinos desplazados por la Guerra: “….A los refugiados que deseen regresar a casa y vivir en paz con sus vecinos se deben permitir hacerlo en la fecha temprana más factible...” plantea. Israel se negó a cumplir la Resolución.

e) 1956.
Dando muestras de lo que ha dado en llamar el Sionismo “Vocación de Paz del Estado Israelí”, Israel se une a los ingleses y franceses en una Invasión a Egipto.

El mayor peso de las acciones lo llevo Israel, logrando ocupar en apenas una semana sesenta mil kilómetros (60.000 Km.), todo el Sinaí incluyendo puntos claves como Sharm el-Sheij, y no retrocedió un palmo hasta ser obligado por las presiones diplomáticas en la ONU de Estados Unidos y la ex Unión Soviética, ello con la condición de ser dislocada en la región fronteriza de Egipto un Contingente de Fuerzas de Emergencias de la ONU con misión de mantener desmilitarizada la zona y evitar los incidentes fronterizos. Una vez más los combates fueron en territorio no perteneciente al Estado de Israel.

f) 1967.
Conocida como la Guerra de los Seis (6) Días, es el punto máximo de la conquista territorial Sionista. Israel se lanza sobre toda Palestina en un ataque masivo contra Cisjordania, Jerusalén del Este – en manos de Jordania –, la Franja de Gaza, el Sinaí y las Alturas del Golán.

Al más puro estilo fascista, la política Sionista declara que es esta una concepto nacido en el “Guerra Preventiva”,III Reich, ante la supuesta concentración de fuerzas Egipcias en las fronteras. Tesis imposible de creer hasta por los propios sionistas, baste decir que Menachem Begin, quien fuera líder del partido derechista israelí Likud, explicó sobre el tema:

“….Las concentraciones del ejército egipcio no probaban que Nasser estuviera a punto de atacar. Tenemos que ser honestos con nosotros mismos. Nosotros decidimos atacarlos...” (Noam Chomsky, Fateful Triangel)

Aun cuando tales concentraciones de fuerzas hubiesen sido reales, la amenaza provendría de Egipto y no del territorio palestino, por lo que nada justificaba las acciones en Cisjordania, Gaza y menos aún en las Alturas del Golán salvo el más puro empeño de conquista y el posicionamiento estratégico para nuevos horizontes como el Líbano e Irán.

Igualmente en este acto Israel acuña el eufemismo de “Territorios Ocupados” para denominar a las tierras robadas al Estado Palestino y los asentamientos israelíes que en ellas comienzan a edificar, quebrantando las Convenciones de Ginebra que prohíben a un poder conquistador establecer población en territorios ocupados.

g) 1979.
Egipto y Siria, entablan un Bloqueo Petrolero contra los Estados Unidos e Israel cuyo único resultado fue una depuración de las actitudes del imperio yanqui sobre la región. Hasta la fecha su apoyo a Israel fue en buena medida solapado, llegando incluso a establecer Resoluciones condenatorias en la ONU, el Bloqueo le dio el veto de poder abrirse a favor del Sionismo sin tapujos.

Washington convoca entonces a los Acuerdos de Camp David entre Israel y Egipto, por los que el primero devolvía el Sinaí a Egipto a cambio de paz y relaciones diplomáticas, en tanto que recibía como bonificación ser el protegido yanqui en la región.

h) 1993.
Llegamos a la Cumbre de Paz en Oslo en la que el líder histórico del pueblo palestino Yasser Arafat y el Primer Ministro Israelí Rabín se encuentran ante la mesa de negociaciones. Si bien suele decírsenos por los Sionistas que estos encuentros fueron muestras de intenciones de alcanzar la paz en la región y viabilizar la constitución de un Estado Palestino, la verdad es muy distinta.

En Oslo I es Arafat quien concede a Israel, unilateralmente y previo a cualquier Acuerdo, el reconocimiento como Estado que hasta la fecha se negaban a dar los árabes, así como propone y acuerda el cese de los actos terroristas y la lucha armada de las organizaciones Palestinas. En cambio el Premier Israelí reconoce a la existencia de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) pero no admite el nacimiento del Estado Palestino. Rabín acepta con la firma de la Declaración de Principios en 1993 la retirada de tropas de la Franja de Gaza y de Jericó y reconoce la formación de una Autonomía Palestina (AP) que asuma el control de los “Territorios Desocupados”. Nada se dijo de los refugiados y el vital establecimiento de las fronteras entre Estado Israelí y AP se pospone por el Sionismo en años.

i) 1995.
En 1995, nuevamente Israel y la AP regresan a Oslo para dirimir los detalles faltantes y sancionarlos luego con su firma. El evento en si fue un fracaso planeado por el Gobierno Sionista de Israel, que se presento con una propuesta de división de territorios inadmisible en todo sentido y que recogía:

Dividir los territorios palestinos en tres Áreas (A-B-C) dejando fuera a Jerusalén:
A) Bajo el control civil y de seguridad de la AP pero sin soberanía,
B) Bajo control civil de la AP y de la seguridad Israelí,
C) Esta englobaría las redes de carreteras de conexión y la mayor parte de la tierra de valor y recursos hidráulicos de Cisjordania, por lo que Israel la considero parte indisoluble de su poder.

Tan descarada propuesta nunca podría contar con el beneplácito palestino. Conociendo esto de antemano el Sionismo lanza una campaña de difamación y hace creer que, pese a la buena voluntad mostrada por Israel, la AP había determinado ignorar los acuerdos basados en su odio Antisemita. Con este argumento en el 2000 un diesi siete por ciento (17%) del Territorio de Cisjordania fue designado como Área A, veinte cuatro (24%) como B y cincuenta y nueve (59%) como C, con lo que Israel reasumía el control sobre Palestina en su totalidad, aislando a los árabes en campos de refugiados, separados por cientos de kilómetros de carretera en las que tienen prohibido el paso y puntos de control del militar donde anualmente mueren miles de palestinos.

Aquí pondremos punto de descanso a este camino de saqueo y robo israelí, aclaro que lo llamaremos descanso porque tales actos nunca se han detenido. Con nuevas excusas o con las mismas, siempre con iguales métodos, el Sionismo avanza sobre los territorios palestinos como una mancha de grasa va contaminando el agua. Con edificación de nuevos asentamientos ilegales o de un muro de odio y terror en Cisjordania, esta ideología fascista apoyada en las armas, devora la tierra y la posee sin pudor, a la ves que nos dibuja ensueños de luz con los que pretende distraernos de la verdad y ocultarnos las fauces de la bestia que es.

Nakba llaman los árabes palestinos a la tristeza de vivir desterrados en su propia tierra, de habitar en campos de refugiados amenazados por los aviones, helicópteros, tanques y hombres del Sionismo, muriendo apenas a unos pasos de los campos, los olivos y las ruinas de las casas de sus infancias. Nakba, que significa catástrofe, y que a sesenta años (60) de tragedia no encuentro yo mejor palabra para describirlo.

J.D.G. (Manu)
Ciudad de la Habana, Cuba.
12 de enero de 2009

miércoles, 7 de enero de 2009

Conflicto en Oriente Medio: Una aproximación a las verdades ocultas por el Sionismo. (Primera Parte)

Preámbulo Del Camino:

Ya no recuerdo cuantas veces he comenzado, avanzado y retrocedido en el camino de este trabajo, al que por empeño de orgullo llamo Artículo Periodístico y que no es más que mi forma de lucha por la verdad. Pensaba incluso posponer indefinidamente su publicación en mi Blog hasta sentirme a plena capacidad para reescribirlo: “no es su momento aun” me decía.

La vida me demuestra que el momento de combatir es siempre el que estamos viviendo, que para desvestir engaños el futuro siempre es hoy y mientras las criminales bombas del fascismo sionista se derraman sobre Gaza, ruego que mis palabras no caigan en el vacío.

Cuando publique el post titulado Conflicto árabe – Israelí: el camino a la verdad atacando las mentiras Sionistas. (Primera Parte) prometía a quienes se aventuraban a su lectura un modelo práctico para descubrir las falsedades Sionistas, desentrañarlas y detectar lo que ocultan en las bases de uno de los conflictos más sangrientos de nuestra era; aseguraba en mis palabras hacerlo con claridad llana y accesible, lo que no cumplí y pido sinceras disculpas.

Una lectura de lo publicado y de lo que tenía preparado me llevo a entender: Mis argumentos, aun cuando validos y serios, no se dejaban entender en la maraña de la historia y generaban lagunas donde perderse; miles de incertidumbres había dejado para mi futuro lector, no había logrado un idioma llano y simple. No era un buen trabajo sin dudas, la lógica imponía entonces recomenzar la batalla – claudicar no es opción –.

Curadas mis heridas de orgullo profesional, me impuse en la tarea con más fuerza y mucho de mi tiempo diario, siempre tomando como base que el camino que pretendo mostrar a ustedes es un camino que va en la ruta de la verdad. El resultado les toca a ustedes juzgarlos.

Aclaro que no soy pretencioso, por ello no pido que la totalidad de los argumentos que expondré – nuevamente por entregas – deban ser aceptados de inmediato, mucho menos espero no tener oposición a mis criterios; sugiero, en cambio, que se investigue y se estudie ha profundidad si algo de lo que digo causa dudas, más aun, pido por favor que cualquier opinión en pro o en contra lo manifiesten, del intercambio respetuoso nace el mayor conocimiento.

Por otro lado me veo obligado a hacer observaciones de principios para algunas mentes retorcidas que se toparan con estas líneas: este no es un articulo dedicado a destruir o denigrar al pueblo Israelí, a este pueblo lo respeto y admiro, por su historia, por su cultura y por los cientos de intelectuales judíos que han dado muestra de sabiduría y humanismo. En cambio mi objetivo es no guardar ningún tipo de consideración contra el Gobierno Sionista y contra quien siga o apoye las teorías de dominación Sionistas, este artículo va dirigido a destruir mentiras de un Estado que no dignifica a su pueblo, que somete y extermina en brutal limpieza racista a otro; este es un artículo francamente Palestino y Semita, y profundamente Antifascista, Antimperialista y Anti SIONISTA.

Si logré en esta ocasión – o si no lo hice – mi meta, tarea es de ustedes juzgarlo, si se atreven y siguen conmigo en esta batalla.

I
Palestina: ¿La Tierra Prometida Por Dios A Israel?

La aproximación a temas con visos religiosos siempre da la sensación de pisar sobre hilo débil, evadir este punto fue mi primera intención, reclamaba guantes de seda para no dañar sensibilidades inocentes. Pero huir no es vía para desvestir mentiras, aclaro, no cuestiono en mis palabras textos o ideas religiosas, si no que acuso el uso inapropiado de ellos para fines expansionistas y genocidas.

Y es que, desde que nos adentramos en la compresión del Conflicto Árabe – Israelí, el primer escudo de falsedad que esgrime el Sionismo es el argumento teológico de que son las tierras de Palestina, dádiva divina otorgada a los israelitas para la edificación del reino de Dios en la tierra. A esta manipulación de la teología suman los sionistas el revisionismo y manipulación histórica, llevándolos a plantear que los primeros árabes se asentaron en la región a finales del 1917,

“…movidos siempre por el afán de refugiarse a la sombra del progreso económico de la región, resultado del esfuerzo único de la comunidad Judía…” (Joan Petes, Desde los Tiempos inmemoriales)

Palestina fue sin dudas – imposible negarlo – la geografía que formo al pueblo hebreo, la cuna de su extraordinaria cultura y costumbres, que bien los diferenciara de otras naciones; pero la verdad histórica va más lejos que esta estrecha y nublada mirada.

Omite con reiterada tozudez el Sionismo, que las primeras poblaciones de la región se conformaron con las migraciones de grupos nómadas y la incursión de imperios vecinos, entre las que podemos mencionar a acadios, amorreos, arameos, nómadas de origen berebere, cananeos, pero especialmente egipcios, sumerios, grupos PRE árabes y PRE semitas. Estas dos últimas por entonces sin ningún tipo de vinculo identificable con los árabes e israelíes de hoy. De esta mezcolanza cultural la historia extrajo la formación de las primeras entidades árabes y semitas, que conformaron las culturas urbanas asentadas en toda la Palestina en coexistencia – en ocasiones pacifica en otras no tanto – con tribus sedentarias y nómadas como los filisteos.

No es si no hasta pasado el 1200 a.n.e. que se evidencia el asentamiento de una cultura hebrea en al región con características similares a las hoy conocidas, de forma, valga decirlo, nada amistosa púes, en sus designios de “Pueblo Elegido”, su principal objetivo fue la erradicación de cualquier vertiente cultura urbana de Canaán y Árabe que seguían su desarrollo ancestral en Palestina – tal y como lo describe Jueces I para los interesados en la Teología – pero a la vez dejándose arrastrar en el proceso de intercambio de conocimientos y costumbres con aquellos que decidieron someter.

De este cruce y del punto estratégico que es sin duda esta tierra oriental, creció y se consolidó el antiguo reino Judío de Israel, poderoso durante muchos años antes de caer bajo el yugo de los distintos imperios que conquistaron la región, condenando a un número mayoritario de judíos a la dispersión en occidente: la diáspora. Por otro lado, el intercambio cultural de hebreos y musulmanes que permanecieron en Palestina, propicio la asimilación de una idea de pueblo Palestino e inició así un proceso de formación nacional, definida más por cuestiones geográficas – aunque disímil en ideas religiosas – multicultural, compuesto por israelíes, árabes jordanos, persas – iraníes –, cristianos, etc., que se consideraron a si mismos el pueblo de Palestina.

Lo que sobrevino después fue el resultado de la política discriminatoria de Occidente que llevo a un odio acérrimo contra el pueblo Judío y contra todo lo que oliera a semita – así como hicieron otro tanto con la cultura árabe musulmana –. Discriminación magnificada con la política permisiva de estas naciones occidentales al Fascismo y la proliferación a finales del Siglo XIX, del Antisemitismo en los principales focos de asentamiento de la diáspora: Rusia y Francia – recomiendo leer sobre el Caso Dreifuz en Francia –. De esta forma se propiciaba la formación de dos políticas muy similares: el Nacional Socialismo Alemán y el Sionismo en Europa, encabezado este último por su padre Theodor Herzl, que se amparo en el basamento divino para proponerse como meta:

…..“ Colonizar Palestina, federar y judaizar a los judíos; reafirmar el sentido nacional y gestionar la suficiente presión sobre los gobiernos para alcanzar el objetivo Sionista “(Theodor Herzl 1896)….

Personalmente difiero por mucho de los argumentos del señor Herzl, y al parecer no he sido el único pues el Sionismo, si bien de base fuertemente judaica dista de la moral de este pueblo, quien resistió su identificación con tales concepciones criminales. Para muchos de ellos, en especial los judíos ortodoxos en Palestina, un Estado Judío podía ser únicamente establecido por Dios, en tanto otros apostaron a la izquierda, con la propuesta de resolver el problema del Antisemitismo por la vía de la revolución y la reforma, buscando una asimilación en sociedades nuevas – occidentales sobre todo – de las poblaciones semitas allí existentes, que ya no guardaban relación con distantes tierras en Oriente Próximo.

En este punto hay que regresar a recordar la fecha que mencionan los revisionistas israelíes como inicio del asentamiento musulmán en la región – 1917 –. Para entonces, la población autóctona se componía de musulmanes, una minoría cristiana y una minoría más mínima judía – si es permitida la repetición –, población que al referirse, considerarse y evaluarse a si misma en su conjunto, no se identificaba como una individualidad cultura si no como una totalidad nacional: palestinos. Lo que hace más comprensible el hecho de que judíos con más de tres generaciones nacidas en suelos europeos, no sintieran suyo los terrenos de Palestina.

En cualquier caso y aun luego de la inmigración que hacia Palestina propició la II Guerra Mundial y el régimen fascista en Europa, en 1947 los judíos apenas constituían un tercio de la población y solo ocupaban el seis por ciento (6%) de las tierra, en tanto los judíos occidentales poblaban y morían en campos de exterminio o se empeñaba por liquidar al nazismo desde la resistencia o desde los ejércitos aliados, en el entendido de que no sólo se defendía a sí si no que defendían sus naciones de origen.

Dádiva divina o no, el derecho de los israelíes palestinos, los originarios que nunca abandonaron su tierra y aquellos que hoy quieran vivir bajo sus preceptos antológicos de paz con todos, es un derecho inalienable; pero lo es a la ves el de los árabes que nacieron, se integraron y sudaron por milenios esa tierra – desde de los anales del tiempo – y que han regado sus olivos y sus muertos aun antes que llegara, cruzando el mar, la nación rescatada por Moisés. Ambos pueblos deben y pueden coexistir en paz en una tierra que es suya por historia – no por Dios con el perdón de los religiosos – y como un día unieron fuerzas contra otomanos y británicos hoy pueden y deben hacerlo contra sus propias diferencias.

II
¿Podemos Ser Anti Sionistas Sin Ser Anti Semitas?

Identificar estos conceptos es error común para muchos sin importar nivel intelectual, a ello nos ha llevado la ignorancia cultural fomentada en mundo de información globalizada y encapsulada por trasnacionales que responde a intereses del poder imperial y el sionista, en un empeño de justificar acciones genocidas.

El miedo a ser señalado como antisemita y por consiguiente, ser vinculado con los más monstruosos crímenes de la historia reciente de la humanidad occidental: el Holocausto Nazi, encadena la voz de más de un medio de comunicación e intelectuales al informar la realidad de las políticas Sionistas, donde la peor parte la llevan los árabes palestinos y la causa fundamental es el odio étnico y la sed conquista al más puro estilo de la Alemania Hitleriana.

Victimas de esta Arma de Confusión Masiva hay muchas y se cuentan entre las más recientes el Premio Novel de la Paz y ex Presidente de los Estados Unidos de América Jimmy Carter, injuriado por la prensa pro sionista cuando, al hablar del trato que da el Gobierno Israelí a los territorios ilegalmente ocupados en Palestina, lo califico de segregacionista y los iguala con el extinto régimen del Apartheid.

¿Es acaso el Sionismo la expresión de la nación judía al punto de poder distinguirlo como símil de lo Semita? O como el periodista y escritor Alan Hart cuestiona a sus lectores al inicio del libro Zionism: The Real Enemy of the Jews (El Sionismo: Verdadero Enemigo de los Judíos), ¿Se puede ser Anti-sionista sin ser Anti-semita? La respuesta es simple y concisa: SI SE PUEDE Y SE DEBE.

Si recordamos lo que se expuso en este propio trabajo anteriormente – Palestina: ¿la tierra prometida por Dios a Israel? – la nación judía se formo del proceso de asimilación e intercambio con otros pueblos que se asentaron por siglos en las tierras que hoy constituyen Palestina, lo que a la larga consolido un ente social, cultural, de costumbres y características muy particulares: el pueblo judío.

Entender al sionismo como parte de esa esencia cultural judía y enmarcarlo en la ideología del Judaísmo es una error histórico muy frecuente; sin bien es cierto que el Judaísmo es una corriente de ideológica con principios y pautas muy particulares, nada más distinto a ella que el Sionismo. El Judaísmo es una religión semita, judía, pero no de todos los judíos, tal como sucede con el cristianismo para los occidentales y con el islamismo para los árabes. La fe Judaica posee principios, una línea, un código de conducta y obrar bastante loable y hasta admirable, con normas morales de efecto social que, con sus particularidades según su fe, conforman su esencia.

¿Qué es el Sionismo en cambio? Es una corriente ideológica política que nació en 1897 en Europa, seguida entonces por apenas algunos y sin solides dentro del mundo judío por sus implicaciones y por la tendencia a la deshumanización de sus seguidores. Alimentada con revanchismo, aprovechó los horrores nazi contra miles de judíos en Europa y la vergüenza del mundo ante estos hechos; manipulo a su antojo el Holocausto y alineó en sus filas personalidades sedientas de poder y conquista, convirtiéndose a la larga en la política que sustento el nacimiento del Estado Sionista de Israel en 1948.

No siendo el movimiento político de más participación en el proceso de descolonización palestino, procedió como plaga, igualándose en actuar al propio fascismo, alimentando los odios raciales, étnicos y religiosos a favor de un objetivo bien determinado: la conquista de toda Palestina y el control y dominio sobre las naciones árabes que conforman la región. Una idea que por cierto es más antigua que el propio Estado Israelí.

En 1937 Ben Gurion, padre del Estado Israelí Independiente, decía a su hijo en una carta: “expulsaremos a los árabes y tomaremos sus sitios…con la fuerza a nuestra disposición”; y en todos estos años la fuerza es lo que más ha sobrado al sionista.

Repasar la historia de su crecimiento demuestra su criminalidad y su vinculación con las posiciones más distantes del semitismo y el judaísmo. En pleno auge del Fascismo en Italia y Alemania, figuras Sionistas se hermanaban a la ideología de la superioridad racial de un pueblo sobre otro, manifestando su apoyo a asesinos como Mussolini o Hitler.

Vlademir Jabotinsky, notable judío sionista europeo se contaba entre ellos, su consigna era: “¿Que Queremos? Queremos un imperio al igual que Italia.” Declaraciones que le valieron el respaldo del Duçe quien escribió al Gran Rabino de Roma, Israel Zoller, (Eugenio Zolli), con motivo del Congreso Sionista Revisionista de 1935:

…. “Las condiciones necesarias para el éxito del movimiento sionista es poseer un Estado Judío…hay una persona que conoce esto muy bien y es el ciudadano fascista Jabotinsky”….

Sobran comentarios, salvo añadir que el Congreso en cuestión tuvo total apoyo de Benito Mussolini. Para mayor asombro, estos nexos fascistas continúan siendo política para el Sionismo hoy, al menos en un caso documentado el Gobierno Sionista de Israel empleo a criminales Nazis en operaciones de inteligencia contra países árabes. El criminal prófugo Walter Rauff, conocido y connotado miembro de las SS con un historial de asesinatos en campos de exterminio y Guetos Judíos, fue destinado por los servicios de inteligencia Israelí como espía en Siria (Our Man in Damasco (Nuestro hombre en Damasco), por Sarga Elam and Denis Whitehead, Hearetz 31 de marzo 2007).

En resumidas cuentas el Sionismo es una ideología de odio y segregación racial basada en el exterminio, la rapiña y la conquista colonial de los recursos naturales del pueblo palestino, que comienza con la conquista de sus vidas, al punto de que hoy podemos hablar de un segundo Holocausto.

Identificar al Sionismo con la esencia de la teología judía, o simplemente con el pueblo israelí, es un error de occidente bien aprovechado por el Gobierno Sionista y por el Lobby Sionista que controla a los Estados Unidos. Medios de prensa, revisionismo histórico, seudo intelectuales y fachadas de estadistas nos bombardean diariamente con la idea de que Sionismo e Israel es uno mismo, nos imponen como victimas de esta Arma de Confusión en Masas.

Es la intención de esta farsa amenazarnos con dedo acusador llamándonos fascistas, antisemitas y con ello crear cortinas de humos para opacar la realidad del genocidio sionista, a la par que se hace cómplice a todo un pueblo de los crímenes de un grupo minoritario y desquiciado que llevará a Israel a su ruina.

En tanto escuchar las voces del pensamiento verdaderamente judío, que se empeña el Sionismo ocultar y adulterar, es la única solución; trabajos como los de Hart, o como los de Hanna Mermestein, judía y cofundadora del Birthrigtht Unplagged, quien decía en un artículo publicado en THE JEWISH ADVOCATE ON LINE:

“A medida que se nos aproxima el 60 aniversario del estado de Israel, 60 aniversario de la Nakba - catástrofe en árabe – recordemos…. Permitámonos recordar a los 6 millones de personas privadas de sus derechos humanos por 60 años, y permitámonos como pueblo judío con una historia de opresión y una tradición de justicia social luchar por el derecho del pueblo originario – entiéndase árabes palestinos - a retornar a su tierra. Esta es nuestra única esperanza de una verdadera paz y seguridad en la región”

En este sentido, ser Anti Sionista es ser marcadamente Pro Semita, nos aleja de ideas Fascistas y rinde honor a los miles de millones de victimas – judíos o no - del primer gran crimen de odio de la era moderna. COMBATIR AL SIONISMO ES REVERENCIAR AL PUEBLO JUDÍO Y AL PUEBLO ÁRABE PALESTINO, NO ME CABE DUDAS.

J.D.G (Manu)
Ciudad de la Habana, Cuba.
7 de enero de 2009