lunes, 12 de enero de 2009

Conflicto en Oriente Medio: Una aproximación a las verdades ocultas por el Sionismo. (Segunda Parte)


III Dividir Palestina ¿Por Qué?

Uno de los principales métodos de coacción del Sionismo sobre el pueblo judío y el mundo, es el uso del Anti Semitismo, suele decírseles a los primeros que la solución a esta amenaza es existir en un estado judío independiente, a los segundos se les acusa de Anti semita si no son fieles seguidores de este pensamiento. El objetivo de esta farsa en 1947 y hoy es el mismo: la conquista de Palestina para el Sionismo y el control absoluto en Oriente Próximo, equilibrar el poder en la geopolítica de la región a favor de sus intereses.

Con esta idea y la realidad del exterminio Nazi contra los judíos en Europa, tras la Guerra, el Sionismo capto la atención de la que diáspora, que aún no la concebía como una política viable. Se desato así, por el Sionismo, una campaña mundial pro formación de un Estado Judío Independiente a partir de la partición de Palestina, a la que promovía una ola de atentados terrorista en la región contra intereses ingleses, a la sazón Imperio Gobernante, que llevo a que, tras turbias maniobras, Inglaterra abandonara la colonia en manos de las Naciones Unidas (ONU). La cena estaba servida para el deleite del Sionismo.

Entendamos algo del escenario de esta puesta en escena criminal y vergonzosa: nadie niega el derecho de que los judíos se asiente en las tierras de Palestina, como lo han hecho por siglos, pero ese derecho, que era reconocido entonces por el resto de los grupos poblacionales de la región, incluidos los árabes, es inherente a los judíos que permanecieron históricamente allí y a quienes se establezcan y coexistan pacíficamente esa tierra. En ningún caso significaba derecho a la formación de un estado independiente, esencialmente porque en 1947 – año en que se acuerda la división de Palestina en la ONU – los judíos eran minoría ínfima con sólo el seis por ciento (6%). Derecho de coexistencia pacifica en un estado único, laico e igualitario si tenía y tienen, nunca se negó ello en una Palestina que durante los años de la guerra abrió las puertas a los refugiados judíos en un número mayor que todos los países de Europa y los Estados Unidos juntos.

Otro elemento a tener en cuenta es que tanto los líderes del Sionismo, como miles de seguidores que se adhirieron a esta ideología, y que chantajearon por su objetivo, no guardaban ya vínculo con las tierras que reclamaban como suyas. Judíos polacos, húngaros, rusos, alemanes, hombres como Vlademir Jabotinsky, Eugenio Zolli (Israel Zoller, Gran Rabino de Roma) e incluso la propia ideología son extranjeras en Palestina, más identificados con la idiosincrasia del Occidente Europeo donde se formaron por generaciones, que la de Oriente Próximo, lo que lleva a que los palestinos plantearan su negativa a la Partición argumentado que:

….no se podía decir que la calamidad que sucedió a los judíos europeos era su culpa. Si los judíos tenían derecho a un estado, ¿por qué no se fraguaba en Alemania? ¿Por qué iban a cargar todo el peso de la expiación de los pecados de Europa?.... (Stephen R. Shalom, Antecedentes de la crisis Israel-Palestina: Preguntas y Respuestas)

Con estos elementos en sus manos ¿Cómo es posible que la ONU adoptase la decisión de apoyar y sancionar la División de Palestina en dos estados? La respuesta es simple: ni en Europa, ni en Estados Unidos la desaparición del Nazismo significaba la muerte del Antisemitismo, por otro lado el Sionismo convirtió en total desastre cualquier intento de integración judía plena a los nuevos gobiernos nacientes.

En Estados Unidos, el Lobby Sionista centró su línea en la economía y no en su pueblo, las oleadas de inmigrantes de Europa que provocó la Guerra y el hecho de que una década antes se viviese la peor crisis económica, no hacía muy agradable el asumir la inmigración judía, por lo que la frenan lo más posible durante la Guerra y luego de ella. En Europa, los principales focos de asentamiento judíos – pre y post guerra – se concentraban en las nacientes Repúblicas Socialistas, que crecían bajo el amparo de Moscú. En estos países los judíos se dividieron en dos sentidos políticos distintos: los primeros, seguidores de la izquierda, se integraron fuertemente al proceso revolucionario y al nacionalismo socialista, mientras la otra parte se alió al Sionismo, política eminentemente burguesa y capitalista, incompatible con las realidades que se vivían.

No es de extrañar entonces que las dos naciones que más presión hicieran a favor de la Partición, en una ONU en ciernes y con menos miembros que los que hoy tiene, fueran precisamente Estados Unidos y la Unión de Republicas Socialistas Soviéticas, con ellos además las potencias sobrevivientes en Europa – Francia e Inglaterra en especial -. Se lavaba Occidente la vergüenza de haber permitido el mayor genocidio de las historia del hombre con la vergüenza de robar tierras para solucionar sus problemas.

1947, la ONU vota la Partición de Palestina en dos Estados: cincuenta y cinco por ciento (55%) para los judíos, cuarenta y cinco (45%) para los árabes palestinos y Jerusalén como Capital Internacionalizada bajo el control del ente mundial; las declaraciones de independencia de los estados por nacer se fijaban para el año siguiente. Este plazo nunca se llego a cumplir, tres meses y medio antes de la fecha pactada el Sionismo violenta la Resolución y unilateralmente declara la formación del Estado Independiente de Israel, con Capital en Tel Avi y las fronteras fijadas en la ONU.



IV Conquistar Palestina: El Robo, La Mentira Y El Saqueo Como Política De Estado De Israel.

Para una política colonialista y con fuertes arraigos fascista el consumar tal empeño requería, como debemos suponer, el uso ilimitado de la fuerza, la coacción y el exterminio de cualquier obstáculo. Sobra decir que la intriga, el complot y la mentira son ingredientes también y es precisamente por donde tendremos que andar ahora. Claro esta, en este recorrido que propongo, no nos moveremos por la misma ruta de embustes de los seudo historiadores, los revisionistas y la prensa sionista, perseguimos en no toda la historia pero si toda la verdad. Marchemos entonces:

a) 14 de mayo de 1948.
En lo que sería el comienzo de toda una historia de encubrimientos y tramas sucias, Israel pacta en secreto, por medio de Inglaterra, con el Rey Abdullah de Jordania, para que este invadiese con su Legión Árabe, las tierras otorgadas en la Resolución de Naciones Unidas (ONU) al Estado Palestino, no interfiriendo de esta forma con la declaración de Independencia del Estado judío en esa fecha. La maniobra, aunque hábil, fue detectada por Egipto y Siria quienes invaden, increíblemente, no a Israel si no los territorios Árabes Palestinos.

b) 15 de mayo de 1948.
Siria y Egipto así como Jordania e Israel se lanzan sobre los territorios palestinos, todos concentrados a la más pura conquista y saqueo. La mayor parte de los combates se desarrollan en territorio de lo que debió ser el Estado Palestino y la Jerusalén Internacionalizada, dándole así la oportunidad al gobierno israelí de ampliar fronteras con el argumento de combatir por su supervivencia. En tanto los estados árabes en conflicto – Siria, Egipto y Jordania –se dedicaron a la rapiña desgastándose mutuamente.

Para el recién nacido Estado Sionista los combates fueron cuando menos un paseo, con unas Fuerzas “Auto Defensa” de hombres capacitados en los ejércitos aliados de la Segunda Guerra Mundial, siempre estuvieron en superioridad. Los árabes en cambio estaban divididos y sin coordinación y los resultados de la campaña no pudieron ser más que evidentes: Gran Derrotado: El Estado Palestino, para cuando se firmó la paz en 1949 era un mito, Vencedores: Egipto se quedaría con el control de la Franja de Gaza, Jerusalén se dividió entre Israel y Jordania que tomo la porción del Este. Supremo Vencedor: Israel, tras la guerra controlaba el setenta y ocho por ciento (78%) de Palestina y setecientos mil (700.000) árabes palestinos pasaron a ser refugiados sin derecho de regresar a sus hogares.

Como respuesta la ONU dicta la Resolución 194 sobre el tratamiento a los palestinos desplazados por la Guerra: “….A los refugiados que deseen regresar a casa y vivir en paz con sus vecinos se deben permitir hacerlo en la fecha temprana más factible...” plantea. Israel se negó a cumplir la Resolución.

e) 1956.
Dando muestras de lo que ha dado en llamar el Sionismo “Vocación de Paz del Estado Israelí”, Israel se une a los ingleses y franceses en una Invasión a Egipto.

El mayor peso de las acciones lo llevo Israel, logrando ocupar en apenas una semana sesenta mil kilómetros (60.000 Km.), todo el Sinaí incluyendo puntos claves como Sharm el-Sheij, y no retrocedió un palmo hasta ser obligado por las presiones diplomáticas en la ONU de Estados Unidos y la ex Unión Soviética, ello con la condición de ser dislocada en la región fronteriza de Egipto un Contingente de Fuerzas de Emergencias de la ONU con misión de mantener desmilitarizada la zona y evitar los incidentes fronterizos. Una vez más los combates fueron en territorio no perteneciente al Estado de Israel.

f) 1967.
Conocida como la Guerra de los Seis (6) Días, es el punto máximo de la conquista territorial Sionista. Israel se lanza sobre toda Palestina en un ataque masivo contra Cisjordania, Jerusalén del Este – en manos de Jordania –, la Franja de Gaza, el Sinaí y las Alturas del Golán.

Al más puro estilo fascista, la política Sionista declara que es esta una concepto nacido en el “Guerra Preventiva”,III Reich, ante la supuesta concentración de fuerzas Egipcias en las fronteras. Tesis imposible de creer hasta por los propios sionistas, baste decir que Menachem Begin, quien fuera líder del partido derechista israelí Likud, explicó sobre el tema:

“….Las concentraciones del ejército egipcio no probaban que Nasser estuviera a punto de atacar. Tenemos que ser honestos con nosotros mismos. Nosotros decidimos atacarlos...” (Noam Chomsky, Fateful Triangel)

Aun cuando tales concentraciones de fuerzas hubiesen sido reales, la amenaza provendría de Egipto y no del territorio palestino, por lo que nada justificaba las acciones en Cisjordania, Gaza y menos aún en las Alturas del Golán salvo el más puro empeño de conquista y el posicionamiento estratégico para nuevos horizontes como el Líbano e Irán.

Igualmente en este acto Israel acuña el eufemismo de “Territorios Ocupados” para denominar a las tierras robadas al Estado Palestino y los asentamientos israelíes que en ellas comienzan a edificar, quebrantando las Convenciones de Ginebra que prohíben a un poder conquistador establecer población en territorios ocupados.

g) 1979.
Egipto y Siria, entablan un Bloqueo Petrolero contra los Estados Unidos e Israel cuyo único resultado fue una depuración de las actitudes del imperio yanqui sobre la región. Hasta la fecha su apoyo a Israel fue en buena medida solapado, llegando incluso a establecer Resoluciones condenatorias en la ONU, el Bloqueo le dio el veto de poder abrirse a favor del Sionismo sin tapujos.

Washington convoca entonces a los Acuerdos de Camp David entre Israel y Egipto, por los que el primero devolvía el Sinaí a Egipto a cambio de paz y relaciones diplomáticas, en tanto que recibía como bonificación ser el protegido yanqui en la región.

h) 1993.
Llegamos a la Cumbre de Paz en Oslo en la que el líder histórico del pueblo palestino Yasser Arafat y el Primer Ministro Israelí Rabín se encuentran ante la mesa de negociaciones. Si bien suele decírsenos por los Sionistas que estos encuentros fueron muestras de intenciones de alcanzar la paz en la región y viabilizar la constitución de un Estado Palestino, la verdad es muy distinta.

En Oslo I es Arafat quien concede a Israel, unilateralmente y previo a cualquier Acuerdo, el reconocimiento como Estado que hasta la fecha se negaban a dar los árabes, así como propone y acuerda el cese de los actos terroristas y la lucha armada de las organizaciones Palestinas. En cambio el Premier Israelí reconoce a la existencia de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) pero no admite el nacimiento del Estado Palestino. Rabín acepta con la firma de la Declaración de Principios en 1993 la retirada de tropas de la Franja de Gaza y de Jericó y reconoce la formación de una Autonomía Palestina (AP) que asuma el control de los “Territorios Desocupados”. Nada se dijo de los refugiados y el vital establecimiento de las fronteras entre Estado Israelí y AP se pospone por el Sionismo en años.

i) 1995.
En 1995, nuevamente Israel y la AP regresan a Oslo para dirimir los detalles faltantes y sancionarlos luego con su firma. El evento en si fue un fracaso planeado por el Gobierno Sionista de Israel, que se presento con una propuesta de división de territorios inadmisible en todo sentido y que recogía:

Dividir los territorios palestinos en tres Áreas (A-B-C) dejando fuera a Jerusalén:
A) Bajo el control civil y de seguridad de la AP pero sin soberanía,
B) Bajo control civil de la AP y de la seguridad Israelí,
C) Esta englobaría las redes de carreteras de conexión y la mayor parte de la tierra de valor y recursos hidráulicos de Cisjordania, por lo que Israel la considero parte indisoluble de su poder.

Tan descarada propuesta nunca podría contar con el beneplácito palestino. Conociendo esto de antemano el Sionismo lanza una campaña de difamación y hace creer que, pese a la buena voluntad mostrada por Israel, la AP había determinado ignorar los acuerdos basados en su odio Antisemita. Con este argumento en el 2000 un diesi siete por ciento (17%) del Territorio de Cisjordania fue designado como Área A, veinte cuatro (24%) como B y cincuenta y nueve (59%) como C, con lo que Israel reasumía el control sobre Palestina en su totalidad, aislando a los árabes en campos de refugiados, separados por cientos de kilómetros de carretera en las que tienen prohibido el paso y puntos de control del militar donde anualmente mueren miles de palestinos.

Aquí pondremos punto de descanso a este camino de saqueo y robo israelí, aclaro que lo llamaremos descanso porque tales actos nunca se han detenido. Con nuevas excusas o con las mismas, siempre con iguales métodos, el Sionismo avanza sobre los territorios palestinos como una mancha de grasa va contaminando el agua. Con edificación de nuevos asentamientos ilegales o de un muro de odio y terror en Cisjordania, esta ideología fascista apoyada en las armas, devora la tierra y la posee sin pudor, a la ves que nos dibuja ensueños de luz con los que pretende distraernos de la verdad y ocultarnos las fauces de la bestia que es.

Nakba llaman los árabes palestinos a la tristeza de vivir desterrados en su propia tierra, de habitar en campos de refugiados amenazados por los aviones, helicópteros, tanques y hombres del Sionismo, muriendo apenas a unos pasos de los campos, los olivos y las ruinas de las casas de sus infancias. Nakba, que significa catástrofe, y que a sesenta años (60) de tragedia no encuentro yo mejor palabra para describirlo.

J.D.G. (Manu)
Ciudad de la Habana, Cuba.
12 de enero de 2009

No hay comentarios: