lunes, 14 de mayo de 2007

Todos los hombres del Presidente: Escándalos Políticos en la Casa Blanca.

Ya se que “Todos los hombres del Presidente”, la magnifica película de Robert Reford y Dustin Houfman en la que interpretaban a los dos periodistas que, gracias a las confidencias de un agente gubernamental con alias “Garganta Profunda”, revelaron el complot político en el caso de Watergate, es un clásico del cine que se basa en un suceso real, pero me parece que va siendo hora de que Hollywood se plantee la posibilidad de lanzar la saga. Historias que sirvan de argumento no les faltarán según y como van las cosas en la Casa Blanca.

Y es que los escándalos políticos, los complot y actos delictivos de esta administración presidencial norteamericana no cesan y en los últimos momentos del segundo periodo Bush Jr. se esta haciendo marcadamente ruidosos, al punto de crear el camino al cadalso político a dos de las figuras más importantes de los Republicanos: el Procurador General Alberto González y al ex Subsecretario de Defensa y actual Presidente del Banco Mundial Poul Wolfowitz, este último el estandarte de la ideología fascista del neoconservadurismo republicano en la nación del norte.

Amigo del señor Presidente y compañeros en el viaje desde Texas, en donde González fungía como asesor legal de Bush Jr, fue nombrando por él a la cabeza del Departamento de Justicia de los Estados Unidos en pago a sus servicios y sobre todo para garantizar que el Sistema Judicial – ya bastante corrupto por si solo – se mantuviese debidamente encarrilado en las concepciones dictatoriales que se sobrevendrían tras el arribo al poder de la ola de fascistas conservadores del Gabinete Bush. De esta forma engendros como el Acta Patriótica y las continuas violaciones a la intimidad y los derechos civiles de los norteamericanos han gozado de la máxima impunidad en el mandato Bush.

González a puesto al Departamento de Justicia a la orden de los intereses del Presidente pero fundamentalmente a las ordenes del partido en el poder, durante su imperio como Procurador General han sido varios los casos de investigaciones judiciales contra miembros del Partido Demócrata como forma de desacreditar a la oposición, e igualmente se han promovido, a instancias presidenciales, el despido de por lo menos 8 Fiscales que iniciaron investigaciones contra miembros del partido oficialista o que se negaron a iniciar tales procedimientos contra la oposición por entender eran purgas políticas sin base legal para ello.

Los despidos de los Representantes del Ministerio Público, cuya revelación a la prensa esta por costar el puesto a González, se armaron en supuestas faltas de competencia en sus fusiones o incapacidad para ocupar el cargo, lo que resulta una farsa desmontada en las evaluaciones a estos y en los criterios que sobre ellos emitieron las personas con que laboraban. En todos los casos el criterio profesional de los especialistas sobre los 8 despedidos, es que estaban debidamente capacitados para fungir como Fiscales, pero que además todos eran eficientes en su labor, con amplia experiencia y que gozaban de prestigio y respeto dentro del sector judicial.

Como es de suponer González a negado en todo momento que las acusaciones sean ciertas, pero el hecho de que la nave del Departamento de Justicia este siendo abandonada por las ratas, con la renuncia en las ultimas semanas de varios de sus allegados, entre ellos Mónica Goodling, asesora de González, quien a decidido acogerse a la Quinta Enmienda – al derecho a no declarar para no incriminarse – no dejan al Procurador muy bien parado. Pero tampoco es que González sepa como defenderse – aun cuando ante las evidencias el Presidente reitere su apoyo a su amigo -. Recientemente al acudir al interrogatorio anta la Comisión de Senadores que investiga los hechos, Gonzáles a preguntas de los Senadores contesto en no menos de 70 ocasiones que no recordaba momentos vitales en la toma de las decisiones de despido de los 8 Fiscales, y para rematar la hipocresía, dijo que pese ello estaba seguro de no haber cometido violación o acto inapropiado en tal proceso, lo que deja en evidencian la ineptitud y la incompetencia del señor Procurador General incluso para elaborar una defensa orgánica y coherente para si mismo – ¿como pretendía juzgar a los Fiscales?

Quizás la mejor conclusión sobre el tema la recogía el New York Times en un editorial:

“…en el mejor de los casos, el despido de los 8 Fiscales de Estados Unidos, en su mayoría muy respetados, es un ejemplo de una incompetencia profunda que debería costar el empleo al señor Gonzáles. En el peor de los casos, fue una purga política seguida de un encubrimiento. En cualquiera de ellos, el escándalo sólo se esta haciendo más grande y más preocupante…”

Pero el Caso Wolfowitz es aun más inquietante por lo que representa para los Estados Unidos y para la Política de los Republicanos posterior al periodo de la ideología Nixon-Kissinger.

Wolfowitz ha sido el producto más reciclado por las administraciones presidenciales de los Estados Unidos – demócratas o republicanas – en los últimos treinta años, especialmente dentro de los gabinetes del Pentágono. Este político de 64 años es la estrella del neoconservadurismo, impulsor del militarismo, el alarmismo y la uní polaridad del mundo encabezado por los Estados Unidos, pero sobre todo es el principal artífice de las concepciones de la Guerra Preventiva. Al historial de Wolfowitz hay que sumar su vínculo con controvertidas figuras de la política imperial del norte como su amigo y colega de estudios Francis Fukuyama el sujeto de la teoría del Fin De La Historia, su colaboración con el Senador Henry M. Scoop Jackson activo luchador desde los 60 por la implantación de un escudo antimisiles o Richard Cheney Vicepresidente de los dos mandatos Bush Jr. junto con el cual concibió los planes ataque e invasión de Irak en su momento de Sub Secretario de Defensa en el Gobierno Bush padre.

Desde su aparición en Washington en 1969 al ser llamado al Comité para el Mantenimiento de una Política Defensiva Prudente, dentro del cual hizo todo para que el control de armas fuese un mito, Wolfowitz ha variado mucho de posiciones y de criterios pero siempre ha sido un aliado de la más derechistas de las derechas políticas, lo que lo ha llevado casi siempre sostener posiciones neo fascistas y al enfrentamiento ideológico y político con figuras Demócratas menos extremistas – Eduawrd Kennedy o Al Gore por solo mencionar – pero también con figuras conservadoras como Alexander Haig, Secretario de Estado durante la Presidencia Reagan, y Colín Powell Secretario de Estado del primer período presidencial Bush Jr. A Wolfitz – como suelen llamarlo cariñosamente sus amigos halcones - y a sus manejos en Oriente Próximo se pueden atribuir la invasión del Ejército de Saddam Husein a Kuwait y la posterior intervención de las fuerzas norteamericanas en el país del Golfo Pérsico. Desde mucho antes de la fecha de la primera Guerra en Irak el ex Sub Secretario de Defensa en los mandatos Reagan-Bush padre-Bush Jr manejaba la idea de la necesidad de un reordenamiento geopolítico en Oriente Próximo que garantizase el despliegue de los Estados Unidos en la región, inicialmente para frenar la influencia de la URSS, pero en esencia para lograr el control total sobre las fuentes de los hidrocarburos. Hay que señalar su especial tristeza cuando se decidió durante aquel primer conflicto el retiro de las tropas yanquis de Irak aun sin derrocar a Saddam, de aquí su disputa con Powell Jefe del Estado Mayor Inter armas en aquel entonces y partidario del retiro de las fuerzas.

Y es que el principal impulsor del fascista Proyecto por un Nuevo Siglo Americano tiene un obsesión casi infantil, pero sumamente criminal, por el tema Irak que lo llevó a suscribir en coautoría con Zalmay Khalilzad, en 1997, un artículo que bajo el “sugerente” título de “Derróquenlo”, exponía todo el proceso de invasión de Irak, destrucción del régimen de Husein y la posterior conformación de un gobierno títere y pro yanqui tal cual y como sucedió luego en el 2003 al invadir Estados Unidos Irak por ordenes del actual Presidente.

A este fascista de nueva hora se le concedió la dirección del Banco Mundial en el 2005, lo que no fue de mucho asombro para la opinión pública dada las implicaciones políticas que tal puesto acarrea y el carácter imperial de una institución que acumula un récord casi inmejorable de manejos turbios y contrarios al buen desarrollo de los países del tercer mundo entre los que están, por solo citar:

  • Le impuso a los estudiantes Ghaneses el pago de cuotas escolares a cambio de un préstamo.
  • Condiciono la ayuda a los países victimas del Huracán Mitch al hecho de que estos privatizaran las telecomunicaciones
  • Impuso la suspensión de los subsidios alimentarios en Irak tras la invasión de los Estados Unidos.
  • Demando flexibilidad laboral como condición para la entrega de ayuda a Sri Lanka tras el paso del Tsunami.
  • Junto con el Fondo Monetario Internacional se encargo del defalco y la corrupción económica de los gobiernos neoliberales de Carlos Menem y Antonio De la Rua en Argentina, lo que llevo al país al llamado Corralito Financiero y la crisis económica más aguda de su historia.

Y la llegada de Paul W. no vino a mejorar la reputación del Banco Mundial sino que marco aun más su descalabro moral cuyo punto máximo ha sido el reciente escándalo de corrupción que tiene al propio Wolfowitz como figura central.

El Thinking Tank neoconservador a caído por la vía del escándalo al estilo Clinton – las faldas -, al descubrirse que el Director del Banco Mundial aprobó una promoción y considerable aumento salarial – casi millonario por así decir- a la señorita Shaha Riza, su novia. Pero librándonos de los clichés y las noticias sensacionalistas de los medios clásicos se puede decir que ni por mucho es esta la verdadera causa del problema, si bien es la gota que colmo la copa. En estos dos años han llovido las denuncias de los funcionarios del organismo sobre operaciones violatorias de las normas de actuación de la institución financiera así como la toma de decisiones ignorando consejos y recomendaciones de los funcionarios debidos llevadas a cabo por Wolfowitz y por el grupo de consultores que llevo consigo al Banco Mundial desde el Gobierno, entre los que sobresale Kevin Keller, uno de sus dos asesores más cercanos y quien a finales de la semana pasada presento su formal renuncia.

Súmele a esta vorágine el hecho de que por lo menos 42 ex ejecutivos de la institución han declarado que Wolfowitz desde su llegada al Banco Mundial solo ha conseguido, y cito:… “poner la credibilidad de la institución fatalmente en duda”…

La decisión de que hacer con Wolfowitz y González gravita como espada de Damocles sobre la cabeza de la máxima dirección de los Estados Unidos y entre tanto la acción sigue por los derroteros de siempre: los actores hacen caras de inocentes e ignorantes de las cosas que pasaban a su alrededor mientras que se gastan unos cuantos dólares más en asesores legales y de publicidad, y así hasta que llegue el oportuno despido o la discreta renuncia.

Por ahora, tal y como lo dice un editorial de La Jornada, la cuestión esta centrada en determinar quien se va primero: González o Wolfowitz. Pero en mi modesta opinión el asunto esta más en como se van, que despedida duele más. Un despido de González o su renuncia al cargo, si bien le costara puntos a la gestión presidencial – y al Partido en la carrera a la Presidencia en el 2008 – tan solo llegará a confirmar el hecho de que el Sistema Judicial de los Estados Unidos es el más corrupto de la historia judicial de la humanidad, pero en esencia hasta aquí llegaría el real golpe.

Por otro lado el despido o renuncia presionada de Wolfowitz – que es inminente en mi opinión - sería un golpe político aun más devastador y debilitante para los Republicanos. La caída de este Tanque neoconservador es la caída de la ideología imperial y hegemónica del derechismo fascista, doctrinas criminales como las de las Guerras Preventivas o el llamado Proyecto para un Nuevo Siglo Americano colapsarían desde sus bases al perder al padre ideológico, ni que decir entonces de las aspiraciones Geopolíticas en Oriente Próximo, Asía y América. De hecho las rajaduras comienzan ser visibles en acciones de los Gobiernos progresistas de Latinoamérica con la salida de Venezuela – el líder productor de petróleo en América – de el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional confirmada este mes a pesar de la opereta mediática de Negroponte, y además en el impulso de proyectos como el del ALBA, PETROCARIBE y el Banco del Sur.

No es una cuestión de engañarse y pensar que con la muerte política de Paul W. la ideología neofascista de los Estados Unidos va a colapsar como pompa de jabón, tal idea refleja un total desconocimiento de cómo se mueve las cosas en ese país, pero evidentemente la ejecución pública por pecados de una vaca sagrada como Wolfowitz puede significar el cierre de un ciclo de poder que pretendía perdurar por demasiado tiempos y la entrada en un nuevo ciclo en el que la batalla dejará de ser tan frontal y las posiciones dictatoriales serán recubiertas con la miel amarga y venenosa de la diplomacia demócrata.

La Democracia a la Americana suele ser muy tormentosa y estridente, los escándalos siempre terminan “filtrándose de inexplicables maneras a la prensa”. Por ahora solo resta ver como va seguir este juego y cual será la próxima escena, no obstante no pierdo la esperanza de una saga de “Todos los Hombres del Presidente” solo quedaría buscar dos buenos actores que hagan las veces de Houfman y Reford porque que en cuanto al título yo se los propongo: “Todas las muertes del Reich”.

Ciudad de la Habana, Cuba

13 de mayo de 2007

J.D.G (Manu)

1 comentario:

Santi Benítez (Sun_Tsu) dijo...

Como ya sabrás, Bush ha querido quitar de en medio al "Senado". Lo gracioso del caso es que ha sido el propio "Senado", después de haber hecho lo propio el mismísimo Congreso, el que ha aprobado la ley que lo permite, y además con los votos afirmativos tanto de republicanos como de demócratas. Tiene su explicación. El Presidente es electo, así que no siempre va a ser republicano, como no siempre va a ser demócrata, y la ley en cuestión es una golosina para cualquier presidente, lleve burro o elefante por montera, que obtenga el mandato. De facto la ley es la misma que permitía a los senadores romanos elegir de entre ellos un dictador en tiempos de crisis. Claro que teniendo en cuenta que su propia constitución dice que el comandante en jefe de todos los ejércitos es el presidente, y que en el juramento que deben prestar los militares estadounidenses se exhorta a defender el país de "enemigos, ya sean internos o externos", la cosa como que no pinta bien. La ley permite que el Presidente – emperador- declare la ley marcial si así lo cree conveniente, es decir, si a su discreción y entender "la ejecución de las leyes es obstaculizada por cualquier incidente", sin necesidad del paso previo de informar al Congreso. La única obligatoriedad que impone la ley es informar de ello una vez pasados 14 días de la imposición de la ley marcial, y así cada 14 días. Échale imaginación: Si el 11S esta ley hubiera estado en vigor, hoy día no habría esa discusión entre el Presidente y las cámaras sobre la vuelta del contingente militar desde Iraq, ni sobre los dineros que se quieren dedicar a la guerra. Esto abre varias opciones interesantes. ¿Qué ocurrirá si en el futuro Estados Unidos declara la guerra, cosa más que probable, contra cualquier país y resulta que el pueblo estadounidense le sale respondón, cosa también más que probable en vista de cómo han gestionado esta mal llamada "guerra contra el terrorismo", o como los estadounidenses bien la llaman "llénate los bolsillos a costa de la muerte de soldados estadounidenses en el extranjero"? Pues que el Presidente puede declarar la ley marcial y hacer uso de contingentes y dineros para llevarla adelante, sin límite para reprimir cualquier tipo de acción contestataria interna.

Ya de paso, en breve, en los Estados Unidos va a haber un verdadero revuelo con el mayor ejército de mercenarios del mundo, los mercenarios de Blackwater, que actúan bajo contrato del gobierno de los Estados Unidos pero sin estar sujetos a las leyes que rigen para su ejército. Algo que está completamente prohibido por la legislación internacional - Convención contra la Utilización de Mercenarios,de 1989-.

Me da la impresión de que el Watergate va a ser un juego de niños en comparación.

P.D.
Siento no haber podido comentar antes, incluso se me ha pasado poder contestar a buena prensa, pero es que he estado bastante enfermo - nada del otro mundo, pero es lo que pasa cuando uno coge frío por esos mundos de dios y lejos de un buen hospital-. Ya estoy otra vez en marcha y de baja médica en casa, así que tengo mucho tiempo para poder leer y escribir.

Buenas noches, y buena suerte...

Ôo-~